“Día a día se hace cada vez más evidente cuán necesario es tener en cuenta los principios de la sabiduría cristiana, y que la vida, la moral y las instituciones de las naciones deben ser totalmente conforme a ellos”.
(Papa León XIII)
Mtro. Jorge Iván García Morando*
El Papa León XIII es considerado el Papa 256 de nuestra Iglesia, con un período de 25 años que va desde 1878 a 1903 y publicó 86 encíclicas, de las cuales quiero retomar la publicada en 1890, la encíclica Sapientiae Christianae, Sobre los cristianos como ciudadanos, un año antes de la publicación de la encíclica Rerum Novarum (De las cosas nuevas), que es la pieza clave de la Doctrina Social de la Iglesia, lo que nos hace ver la dimensión y el alcance que tuvo la visión de León XIII, como todos los Papas, para nuestra vida actual.
A propósito de los acontecimientos políticos, económicos y sociales que estamos viviendo desde los variados gobiernos que nos han tocado vivir y que coinciden en un malestar crónico anclado en una sola premisa: ¿Cuál es el gobierno y/o gobernante ideal que asuma los principios e ideales propicios, para forjar una sociedad que ayude a alcanzar la perfección de su ciudadano? Lo que nos lleva a preguntarnos sobre nuestra condición actual, como miembros partícipes de una comunidad y, por ende, de una sociedad: ¿Cuál es el ciudadano que debemos ser?
Lo que el Papa León XIII nos recuerda desde su encíclica es que no basta sólo la aplicación del Estado de derecho como fuerza, porque ésta “es débil cuando se ha eliminado el baluarte de la religión”, y con ello habría que recordar la responsabilidad que tenemos como personas al momento de ser testigos “restableciendo en el círculo familiar y en toda la sociedad las doctrinas y prácticas de la religión cristiana”, sin abandonar el camino de la verdad y sin olvidar que formamos parte de la ciudad santa del Dios viviente: la Iglesia.
De ahí la exhortación de León XIII de que “no hay mejor ciudadano, ya sea en tiempos de paz o de guerra (o violencia), que el cristiano que es consciente de su deber”. Porque no hay fórmulas ni ocurrencias que mitiguen los conflictos en los fenómenos sociales si no es a través de la conciencia, puesto que esta es proporcional al nivel de compromiso, acción y responsabilidad con el actuar en nuestro entorno familiar, “la familia puede considerarse como la cuna de la sociedad civil, y en gran medida dentro del círculo de la vida familiar, –dice León XIII- se fomenta el destino de los Estados”, de ahí nuestro compromiso como cristianos: Cultivar los principios y las virtudes cristianas para garantizar el bienestar de la sociedad. ¿Qué ciudadano quieres ser?
*Coordinador de Proyectos Sociales y Religiosos • UNIVA Plantel Guadalajara