Este episodio anunciaba ya proféticamente la gran conspiración urdida por los malvados para dar muerte a Jesús, el verdadero «manso cordero que es llevado a degollar»…
"En la Iglesia tenemos urgente necesidad de una comunicación que inflame los corazones, sea bálsamo en las heridas e ilumine el camino de nuestros hermanos y hermanas"