
Fabián Acosta Rico
UNIVA
La inexorable digitalización de nuestra cotidianidad está moldeando una nueva generación; una nacida a partir del 2010, año en el que Apple lanzó su primera versión del iPad, y se le sumaran sus últimos integrantes en el 2025; son los niños y pubertos destinados a ser los futuros ciudadanos del Metaverso y para quienes la inteligencia artificial será una compañera de juegos, búsquedas y herramienta habitual de trabajo. Una manera de definirla es como la cien por ciento nativa digital.
A los Alfas, sus padres (generación X y millennials), los criaron y expusieron desde la cuna a los displays del enorme arsenal de gadgets que llegaban al mercado de los adelantos tecnológicos; sus infantiles mentes eran distraídas y en algunos casos educadas por los videos y audios de YouTube y de las demás redes sociales; su interacción con el mundo material, desde un inicio, estuvo muy mediatizada por una pantalla de tecnología touch.
Ellos heredarán la tierra y serán la generación dominante y en ascenso demográfico; según estimaciones de expertos, cada semana nacen más 2,5 millones de alfas en todo el mundo; de mantenerse este ritmo de crecimiento para el 2025 dicha generación ascenderá con toda seguridad a los 2 mil millones. La mayoría de ellos ha nacido o nacerá en economías emergentes y en países en desarrollo esto se entiende dado las bajas tasas de natalidad de las naciones primermundistas; así que en su mayoría serán asiáticos, africanos y latinoamericanos; de tal suerte que europeos, nipones, australianos… esperarán a la parca rodeados de gatijos y perrijos.
Los niños de la generación Alfa crecen y crecerán en un entorno familiar donde los roles de género están más desdibujado e indiferenciados que en décadas anteriores; muy probablemente vivirán mejor que sus padres no sólo en lo referente al ingreso salarial, sino también en lo que respecta a la calidad de vida pues tendrán, por ejemplo, más oportunidades educativas, capacidad de elección, mejores cuidados y atenciones en lo referente a la salud física y mental.
Entiéndase, estos niños de la era digital serán más cosmopolitas, consumistas y alternarán su discurrir cotidiano entre lo real y lo virtual. Dormirán con complacencia el sueño de la “Matrix”o como en “ReadyPlayer One” harán del Metaverso gamer su principal lugar de socialización y también su ámbito laboral común o de negocios al que accederán a través de visores y sensores de alta tecnología.
Otro ámbito tecnológico en el que seguramente serán pioneros es en el cibernético; tendrán por crianza y educación una predisposición a modificar invasivamente sus cuerpos con todo tipo implantes y prótesis tecnológicas y biotecnológicas de esta generación muy probablemente nazca, como tribu cibernética, los primeros cyborgs.
Pero no todo es prometedor para esta nueva generación, pues quizás atestigüe la gran victoria de la humanidad contra la muerte gracias a los avances biotecnológicos y de ingeniería genética lo que conllevará, por razones obvias, un problema demográfico que obligue a los gobiernos del mundo a reconsiderar sus políticas públicas en materia reproductiva.
El mundo del mañana, el de la generación Alfa será uno sobrepoblado (en la actualidad somos ya 8 mil millones de seres humanos) y con graves problemas ambientales, con la probable extinción de las especies animales salvajes, la sobre contaminación con plásticos y otros desechos de los océanos… tendrá mucha tecnología, pero también abundante basura.
No obstante, sino les gusta el mundo material, siempre tendrán la opción de fugarse al virtual en el que alternarán con inteligencias humanas y artificiales.