(y los libros de texto gratuitos)

LAURA CASTRO GOLARTE
La educación de las niñas, niños y adolescentes es un asunto especialmente sensible para las familias. Es una realidad innegable que la parte escolar de la educación se le encarga casi por completo a los docentes y los padres de familia, por lo general, no se involucran o, apenas.
Los llamados para que acompañen, lean y estudien junto con sus hijos son añejos y reiterados pero poco se ha conseguido, mucho menos en estos tiempos en los que papás y mamás trabajan (la excepción es lo contrario) de manera que dedicar más tiempo a los hijos es complicado.
En gran medida, esta realidad sitúa a la educación pública y a todo lo que tenga que ver con ella (además de la privada claro está, para quienes tienen esa oportunidad), en el ojo del huracán cuando hay asuntos polémicos como el que está vigente en México al día de hoy.
El propósito de este artículo es tratar el tema en la dimensión más justa y precisa posible con el ánimo de no abonar a la estridencia de las diferentes y radicalizadas posturas, sino de aportar información de calidad y elementos de juicio a los interesados y preocupados por los libros de texto gratuitos del sistema educativo en México.
La mala información y la desinformación generan intranquilidad, incertidumbre, desasosiego y ya estamos demasiado cargados con retos, problemas e inquietudes cotidianas, como para agregar cuestiones que por no haber sido bien manejadas o porque se tergiversan convenientemente, se transforman en controversias y polémicas casi siempre sin sustento.
En este orden de ideas, voy por partes. Primero debo decir que el tema educativo está en mis intereses e inquietudes profesionales desde hace casi 40 años, desde diferentes aristas; lo conozco y a lo largo de mi carrera le he dado seguimiento.
Si el lector recuerda, para no irnos tan lejos, en septiembre del año pasado escribí en este Semanario en Continuum, un texto titulado “Educación o la formación de una conciencia crítica”.
Fue sobre el Plan de estudios para preescolar, primaria y secundaria 2022 que se publicó en el Diario Oficial de la Federación y que se aplicaría en fase piloto (esto no sucedió por la suspensión que ordenó el juez octavo de distrito en materia administrativa, Martín Santos Pérez).
Para llegar a ese plan de estudios que resume la propuesta para una Nueva Escuela Mexicana (NEM), hubo un trabajo previo de por lo menos año y medio; y la información relativa, no muy accesible debo decir (ya regresaré a este punto) dejaba en evidencia que sí se hicieron consultas a pedagogos, educadores y docentes. En ese plan se plantea un cambio radical en el sistema educativo de nuestro país con el objetivo de mejorar los procesos de enseñanza aprendizaje en la educación básica y media básica fundamentalmente (la media superior y las que superiores están inmersas en otras dinámicas, de cambio también, pero distintas; y el foco en este momento está en la básica).
Esta es apenas la primera entrega de un artículo de fondo que, reitero, tiene el propósito de aportar elementos que permitan a los interesados hacer un análisis alejado de la estridencia del entorno y de los intentos de manipulación con información directa (anexo las ligas y códigos QR) y de calidad.
En las siguientes partes abordaré aspectos generales tanto de la NEM como del plan y compartiré consideraciones de dos profesores, estudiosos del proceso educativo, preocupados por la materia que es su especialidad, sobre la reciente polémica. Dejo de una vez, también, la liga donde se pueden consultar y descargar todos y cada uno de los libros de texto gratuitos de preescolar, primaria (los seis grados) y secundaria.