Este ilustre santo confió a las mujeres laicas la labor de hacer la caridad organizada. Hoy su legado se extiende en diferentes ramas hacia todo el mundo.
Sonia Gabriela Ceja Ramírez
“No podemos asegurar mejor nuestra felicidad eterna que viviendo y muriendo en el servicio a los pobres”.
San Vicente de Paúl
El domingo 22 de septiembre, la familia vicentina de Guadalajara, e incluso de poblaciones como Ocotlán y Ahualulco, se reunió para celebrar la fiesta de San Vicente de Paúl que originalmente de festeja el 27 de septiembre, pero para optimizar tiempos, sobre todo de quienes trabajan, se decidió trasladar la celebración al domingo.
El punto de encuentro fue el Seminario Vicentino ubicado en Ciudad Granja donde se reunieron personas de diferentes edades pertenecientes a las diversas ramas de la espiritualidad fundada por el ilustre santo francés conocido como patrono de las obras de caridad.

La cita fue a las 10 de la maña y se realizaron diversas actividades de animación, oración y temas de reflexión.
La Misa se tuvo a la 1 de la tarde, para concluir con la comida, en la que los asistentes compartieron el pan y tuvieron un rato de agradable convivencia.
Un domingo “familiar”
“Aprovechamos el domingo para reunirnos toda la familia vicentina conformada por asociaciones y congregaciones que compartimos el mismo espíritu de San Vicente de Paul, que es la evangelización y el servicio caritativo a los pobres”, así lo explica el padre Benjamín Romo, misionero vicentino.
“La familia vicentina en México está conformada por las voluntarias vicentinas, que en un principio eran llamadas damas de la caridad o cofradías de la caridad; los Misioneros Vicentinos, Congregación de la Misión; y las hijas de la caridad de San Vicente de Paul. Esas fueron las tres fundaciones de San Vicente, a partir de ahí surgieron otras asociaciones y congregaciones.
“Estamos en México representados también por Juventudes Marianas Vicentinas Hijos e Hijas de María, Asociación de la Medalla Milagrosa, Sociedad de San Vicente de Paúl, los Misioneros Seglares Vicentinos, y Catequesis Especial Vicentina. Somos las distintas ramas que durante este mes de septiembre, sobre todo cerca de la fiesta, en las distintas regiones del país nos reunimos para celebrar y agradecer el carisma, formarnos, convivir y también ir buscando hacer proyectos en común para el servicio de los pobres”.
Añadió que además del apostolado que cada asociación y congregación realiza, la familia vicentina trabaja en un proyecto común.
175 años del fallecimiento de San Vicente
Voluntarias explicaron que entre los temas de reflexión y formación, se impartió uno sobre la humildad y la sencillez que son virtudes herencia de su santo patrono. Agregaron que en esta ocasión la fiesta es especial pues están celebrando 175 años de presencia vicentina en México. Así lo explicó la señora Elisa Blas Alvarado, voluntaria vicentina por más de tres décadas.

No hay miseria que no se pueda acompañar
“Las Hijas de la Caridad, nuestro principal carisma es servir a Jesucristo en los más pobres. Estamos extendidas por todo el mundo. San Vicente quería que en donde hubiera pobres, hubiera Hijas de la Caridad. Como decía él, no hay miseria alguna en donde no podamos estar. Entonces, al servir a Jesucristo se sirve a los pobres, con un espíritu de humildad, sencillez y caridad; con ese trato amable de manera ellos se sientan acogidos, que están en su casa y que vayan recuperando su dignidad de hijos de Dios, y cuando ya se promueven, hay que ir a otro lado a seguirlos sirviendo”, afirma la hermana Narcisa Chávez Martínez, conocida como Sor Nelly.
En Guadalajara las Hijas de la Caridad tienen una casa hogar para hijos de presos atendida por cinco hermanas que se dedican a servir junto con un grupo de laicos.
“Está también el Hospital de la Luz, que surge como un proyecto para servir a la casa de los niños, todo lo que se recibe ahí, es en gran parte, para solventar las necesidades de la casa hogar y un poquito también para atender a las hermanas mayores, que es una casa que tenemos aquí en Guadalajara. Tenemos tres comunidades, en las que somos en total 12 religiosas”.
Sor Nelly asegura que promueven las vocaciones mediante “el testimonio, la oración e insertándonos en la parroquia, en este caso en la parroquia de Madre Santísima de la Luz, para darnos a conocer y que los jóvenes se acerquen. También se busca la forma de hacer jornadas vocacionales y que convivan con nosotros en donde estamos para que de ahí vayan saliendo. Ahorita, gracia a Dios, están resurgiendo”.
Décadas de servir a los necesitados
Ana Guadalupe Rodríguez Blanco conocida cariñosamente como Any, inició su apostolado como voluntaria vicentina en 1986, siendo muy joven. Han pasado 33 años, actualmente tiene 58 años y sigue apoyando el voluntariado: “Este carisma nos invita al servicio de los más pobres y necesitados, imitando a Cristo tomando como modelo a San Vicente de Paul.
“Ahorita atendemos más o menos seis centros: el albergue de migrantes en La Venta del Astillero, tenemos también desde hace más de 50 años un centro en la penal de mujeres para atender a las mujeres que han perdido su libertad. Tenemos un centro en el Cerro del Cuatro con dos actividades: un preescolar y una estancia infantil para madres o padres trabajadores; se tiene también un centro de apoyo en el que se dan alimentos a los enfermos en los Hospitales Civiles, preferentemente en el Fray Antonio Alcalde. Se tiene ahorita un proyecto para un albergue en donde se tiene la casa central de la diócesis, la cual en este momento se está remodelando.
“También hay actividades fuera de la zona metropolitana. Tenemos una comunidad muy bonita en Ahualulco de Mercado que hace visitas a enfermos, hacen catequesis y una serie de actividades de promoción.
“Tenemos presencia también en Ocotlán y en algunas otras poblaciones pequeñas.
Orgullosa de ser mujer vicentina
“La Asociación nace desde 1617. Fuimos la primera asociación que fundó y pensó San Vicente para mujeres. Él es pinero, pues pensó en las mujeres laicas como líderes para hacer el servicio de una manera organizada. Eso es bien relevante a nivel mundial. Esto surge en Francia, en la pequeña población de Chatillón-les-Domes, donde San Vicente decide organizar la caridad con mujeres, porque las mujeres somos resolutivas, organizadas, ordenadas, y somos la primera asociación de mujeres católicas a nivel mundial, estamos en más de 40 países y formamos parte de consejos consultivos en muchos organismos internacionales y nacionales. En México somos miles de mujeres voluntarias, pero actualmente en Guadalajara somos alrededor de 40 personas”, comenta Any.
Recibiendo a Cristo junto a las vías
En La Venta del Astillero, son 10 señoras las que atienden el albergue para migrantes, así lo explica la señora Elisa Blas Alvarado, quien añade que este albergue está en funcionamiento desde hace 31 años.

“Últimamente ha bajado el tránsito de migrantes porque los están deteniendo en el sur, en la frontera, en Chiapas, pero ahora están llegando los que vienen de regreso porque no han podido entrar a Estados Unidos.
“Este servicio de atender a los migrantes te llena y te motiva a seguir adelante, al verlos en el estado en que llegan, tan cansados e incluso enfermos. A pesar de todas nuestras limitaciones, ahí estamos trabajando, viendo a Cristo en ellos”, asegura.
Jóvenes consagrados al servicio de los pobres
José Alberto Aceves Robles es integrante de la Asociación de Juventudes Marianas Vicentinas Hijos e Hijas de María, se integró al grupo hace tres años y refiere que no hay edad para pertenecer a él, pues hay personas, como Gaby, quien tiene 51 años dentro de la Asociación pues inició siendo una adolescente de 12 ó 13 años.
“Hay jóvenes, adultos, adultos mayores, matrimonios, personas solteras e incluso, en la sección de Santos Ángeles, tenemos niños.
“El origen de la Asociación se remonta al año de 1830. Tiene su origen en París con las apariciones de la Virgen María a Santa Catalina Laboure, una Hija de la Caridad.
“La Santísima Virgen le pide a Santa Catalina, en la primera aparición, del 18 al 19 de julio, la fundación de una Asociación de jóvenes consagrados a ella para el trabajo y servicio de los más pobres”.
Su carisma es la evangelización y el servicio, participan en actividades como la de llevar comida al hospital, visitar enfermos y organizar donaciones. Además de la evangelización y la catequesis. “Debemos apoyar el servicio a los pobres en el lugar en el que estemos, según el espíritu de San Vicente de Paúl”, explica Gaby.
José Alberto concluyó enviando un mensaje a los jóvenes que quieran unirse a la Asociación: “Somos un deseo de la Virgen, somos la única Asociación de laicos en todo el mundo que fue fundada por petición de la Virgen. Yo creo que es una gracia muy grande, porque todos somos hijos de la Santísima Virgen por deseo del Señor, pero el nosotros decirnos hijos de María, consagrarnos a ella es vivir el Evangelio y vivir según la voluntad de Dios, sirviendo a la Iglesia y a los más necesitados.
“Es un estilo de vida. Yo puedo decir de mi propia experiencia que antes de mi consagración como miembro de la Asociación era una persona y hoy me siento completamente otro. Es un cambio trascendental”.
¿En dónde?
Juventudes Marianas Vicentinas Hijos e Hijas de María
Facebook: JMV – Hijos e hijas de María GDL
Coordinadora diocesana: Lorena Pila, Tel. 33-14-24-36-88.
Formación, Santiago Ruvalcaba, Tel. 33-18-78-46-22.
Voluntarias Vicentinas
Coordinadora: Lorena Tovar, Tel. 33-14-17-16-96.
Albergue San Vicente, La Venta
Tel. 31-51-03-08

¿Quién fue?
San Vicente de Paúl fue un sacerdote francés.
Es una de las figuras más representativas del catolicismo en la Francia del siglo XVII. Fue fundador de la Congregación de la Misión, también llamada de Misioneros Paúles, Lazaristas o Vicentinos (1625) y, junto a Luisa de Marillac, de las Hijas de la Caridad (1633). Fue nombrado Limosnero Real por Luis XIII, función en la cual abogó por mejoras en las condiciones de los campesinos y aldeanos.
Realizó una labor caritativa notable, sobre todo durante la guerra de la Fronda, una de cuyas consecuencias fue el incremento de menesterosos en su país (ACI).