Acercándose a su conclusión, la Carta a los Hebreos se torna extremadamente práctica. Confesar la fe en Jesús, compartir los propios bienes, obedecer a los responsables de la comunidad y, finalmente, poder hacer siempre la «voluntad de Dios», son todos estos aspectos que pueden llevar la vida cristiana a su real perfección…
"En la Iglesia tenemos urgente necesidad de una comunicación que inflame los corazones, sea bálsamo en las heridas e ilumine el camino de nuestros hermanos y hermanas"