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Dr. Actitud*

Cuando visitamos un huerto solemos admirarnos al contemplar cuánta vida hay en él, pero ¿qué podemos aprender de las plantas para nuestro desarrollo personal?

Si lo pensamos, podemos comparar a:

  • Las semillas con nuestros pensamientos.
  • Las raíces con nuestra actitud
  • El tronco con las decisiones que tomamos.
  • Las hojas con lo que hacemos
  • Los frutos con los resultados que obtenemos.
  • Las plagas con las personas tóxicas que frecuentamos o los contenidos tóxicos a los que les prestamos atención.
  • El sol y el agua con la comida.
  • El abono a aquellas lecturas, cursos, pláticas e incluso personas, que nos ayudan a crecer personal, profesional o espiritualmente.

Considerando estas comparaciones, te invito a ser “el hortelano de tu vida”, si te agrada la idea, a modo de bienvenida a esta nueva actitud, te comparto “Los 10 mandamientos del hortelano”, esperando sean útiles para tu cosecha:

  1. Primero lo primero: piensa qué quieres cosechar (el pensamiento es la semilla del resultado).
  2. Cuando sepas qué quieres cosechar aprende qué hay que hacer para lograrlo (plan de vida).
  3. Siembra lo que quieras cosechar; no dejes que alguien más te diga qué sembrar (elige tus pensamientos).
  4. Regar no basta, hay que poner abono (plan de desarrollo personal).
  5. Identifica qué afecta a tu huerto y aprende a cuidarlo (identificar y evitar personas y contenidos tóxicos).
  6. Aprende cuál es el mejor momento para cada actividad -sembrar, abonar, cosechar, etc.- (Proyecto de vida)
  7. Para tener una buena cosecha, hay que dedicarle tiempo, recursos y esfuerzo (Plan de trabajo).
  8. Mantén el equilibrio en todas las actividades que necesita tu huerto (Prioridades en tu vida).
  9. No hay cosecha perfecta, siempre hay algo que aprender (convertir errores en aprendizajes).
  10. Disfruta de lo que haces (no existe la situación perfecta, pero sí la actitud ideal para cada situación).

A diferencia de las plantas de plástico, las que se cosechan en una huerta tendrán pequeñas imperfecciones, eso las hace únicas e irrepetibles, son parte de su belleza. Lo mismo aplica para ti: la suma de tus pequeñas imperfecciones son parte de tu “yo perfecto”.

Así como ocurre con las plantas, aunque en dos huertos se haya sembrado lo mismo, cada uno es único e irrepetible; en la vida es igual: ¿Para qué limitarte queriendo copiar la vida de otra persona, o compararte tratando de ser mejor que “el de al lado”, cuando puedes liberar todo tu potencial y convertirte en tu mejor versión?

¡Hoy es un buen día para comenzar los preparativos para que tengas una cosecha de la calidad que mereces, una cosecha que te ayude a ti mientras ayudas a otros!

*Dr. Juan Pablo Aguilar. Conferencista facebook.com/DrActitud

@arquimedios_gdl

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