Gabriela Ceja/Yara Martínez
Con la participación del Arzobispo de Guadalajara, Cardenal José Francisco Robles Ortega, concluyó el XXII Encuentro de Obispos y Empresarios de la Provincia Eclesiástica de Guadalajara, que se llevó a cabo del 28 al 30 de octubre, en Tapalpa.
Durante su participación el Purpurado aclaró que decir “época de cambio, no es lo mismo que cambio de época”, éste última, dijo es la que ha marcado a la sociedad haciendo cuestionables temas como la familia, el matrimonio y le principio de autoridad, incluso de la autoridad del Papa, instituciones que han sido fracturadas en su esencia.

“Lo que antes era firme y sólido, por ejemplo, el matrimonio, ahora ya es cuestionable. Por mucho tiempo fue la institución de unión entre un hombre y una mujer, ahora, ya no. Lo mismo digamos de la familia, entendida como papá, mamá e hijos. Esta institución ha sido sometida a un cuestionamiento tan profundo que ahora ya no se sabe, ya no tiene la consistencia que tenía antes”.
Además hizo un llamado a los asistentes “a no perder su condición de seres humanos y a buscar elementos que rescaten el principio de humanidad”.
“El tejido roto de la sociedad se debe a que ya no hay un pensamiento común, lo que nos lleva a vivir divididos y confrontados. Todo se ha vuelto relativo y opinable. Debemos de ser conscientes de esto porque afecta a toda la comunidad humana, porque todos, de alguna manera, somos afectados por el cambio de época, y todos estamos llamados a buscar elementos que nos rescaten el principio de humanidad”.
El Cardenal Robles añadió que la economía como actividad humana no tiene en sí misma ni bondad ni maldad “pero la forma cómo desarrollemos esa actividad sí tiene consecuencias que nos humanizan o nos deshumanizan, que nos hacen prevalecer como seres humanos, como personas en relación, o que nos hagan más egoístas, individualistas o indiferentes”.
El señor Cardenal leyó la carta convocatoria que el Papa Francisco ha hecho a jóvenes empresarios, estudiantes de economía y emprendedores para reunirse con él durante el mes de marzo de 2020 en la ciudad italiana de Asís.

En dicha invitación el Sumo Pontífice señala que “es necesario corregir los modelos de crecimiento” que son incapaces de garantizar el respeto por el medio ambiente, la aceptación de la vida, el cuidado de la familia, la equidad social, la dignidad de los trabajadores y los derechos de las generaciones futuras. Pero, “lamentablemente – dice – el llamado a tomar conciencia de la gravedad de los problemas sigue sin ser escuchado”.
Al final del documento, el Papa expresa que ante esta urgencia “estamos llamados a revisar nuestros esquemas mentales y morales, para que puedan estar más en conformidad con los mandamientos de Dios y con las exigencias del bien común” y les pide a todos los economistas y emprendedores a “escuchar a su corazón” porque solo así “se sentirán portadores de una cultura valiente y no tendrán miedo de correr riesgos y comprometerse a construir una nueva sociedad”. “Mientras nuestro sistema económico y social todavía produzca una víctima y haya una sola persona descartada – concluye – no podrá existir la fiesta de la fraternidad universal”.
Finalmente el señor Cardenal invitó a los presentes a formar un equipo permanente con algunos representantes empresarios y también con algunos sacerdotes y Obispos para dar continuidad durante el año a lo que se trabaja en los Encuentros de Obispos y Empresarios y no se produzca un silencio improductivo entre estas reuniones que se realizan anualmente.
El Encuentro concluyó con la Misa y desayuno este miércoles 30 de octubre.
