Nicolle Alcaraz
“Antes cárceles, ahora Centros de Reinserción” así se lee el letrero localizado en las oficinas ubicadas a la entrada del Centro de Reinserción Femenil de Puente Grande, en donde residen 496 internas, incluidos 16 menores de edad que son hijas e hijos de las mujeres privadas de su libertad.
A través de 5 ejes: el área deportiva, la escuela, el trabajo y la capacitación y el cuidado de la salud, se busca que, al cumplir su condena, las mujeres puedan reincorporarse a la vida cotidiana y aspirar a un futuro que las aleje de la reincidencia.
Trabajos y talleres
Del número total de mujeres en la institución, el 87% se encuentra laborando en alguna de las tres modalidades que se ofrecen: autoempleo, empleo con terceros y trabajo para el Centro. Algunas de las tareas que suelen realizarse consisten en la confección de uniformes, vestidos de novia, de XV años y demás prendas, en donde se elaboran trabajos para la empresa Ragazza, que exporta gran cantidad de ellos. Así mismo, existen adiestramientos de elaboración de bolsas artesanales, sillas, bisutería y manualidades, mientras que, de manera interna, participan también atendiendo tiendas de consumo, en la lavandería, en la estética, limpieza en general, entre otras áreas.
También cuentan con talleres artísticos, culturales y deportivos en donde se incentiva a que las mujeres aprendan nuevas disciplinas y se mantengan activas dentro del recinto. Hay fútbol, danza urbana, basquetbol, teatro, ballet folclórico, pintura y música, además de contar con un taller editorial autogestivo del libro cartonero, en vinculación con las universidades británicas de Surrey, Inglaterra y Cardiff, en Gales, además de haber elaborado el libro titulado “espejo y viento”, a partir del trabajo de 9 escritoras internas.
Educación continua
El Centro cuenta con convenios que permiten apoyar en los diferentes niveles educativos que las mujeres requieran y estén interesadas en cursar. Estos van desde talleres de alfabetización, hasta la educación básica, media superior e, inclusive hasta llegar a la licenciatura, teniendo únicamente la carrera en Derecho.
Adicionalmente, cuentan con cursos mediante acuerdos con los Centros de Capacitación para el Trabajo Industrial (CECATI) y el Instituto de Formación para el Trabajo (IDEFT), con el fin de fomentar el emprendimiento, la formación y el empoderamiento económico de las mujeres privadas de su libertad.
Salud y maternidad
Para garantizar el bienestar de las mujeres se han implementado diferentes protocolos que salvaguardan su integridad tanto física, como psicológica, mencionó Livier González, encargada de Vinculación General de Prevención y Reinserción Social.
“Las leyes y convenios en materia de derechos humanos, entre ellos las Reglas Mandela, de seguridad, servicios y trato digno a las personas privadas de la libertad, además de (…) el programa de higiene y menstruación digna (…) la clínica de terapias psicológicas alternativas (…) la oficina de derecho familiar y civil (…) y el protocolo de la maternidad penitenciaria y los derechos de la niñez”.
Este último surgió en marzo del 2021 con el fin de “capacitar a las mujeres privadas de la libertad en deberes y responsabilidades ante un menor en guarda y custodia penitenciaria”. Los menores pueden vivir con sus mamás internas hasta los tres años.
Dentro del recinto en Puente Grande se encuentra el CENDI-07, una guardería y ludoteca que cuenta con instalaciones totalmente nuevas y diferente equipo didáctico y lúdico que, junto con el personal especializado, procura la enseñanza y cuidado de los niños y niñas del lugar.