SAN CAMILO DE LELIS
La Iglesia es evangelizadora, misionera, “samaritana”. A ejemplo de Jesús, el “Buen Samaritano”, se compadece de quien vive en desgracia y lo hace en cada hijo suyo que atiende con delicadeza a los más
desfavorecidos y, entre ellos, a los enfermos.
San Camilo de Lelis se distinguió por vivir con pasión una de las más bellas obras de misericordia: visitar y atender a los enfermos.
Nuestro santo nació en Abruzos (Italia) en 1550. Siguió la carrera militar, igual que su padre. Una llaga en un pie lo hizo dejar la carrera de las armas e irse al Hospital de Santiago, en Roma. Ahí se dedicó a ayudar
y atender a otros enfermos, mientras buscaba su propia curación, pero en esa época adquirió el vicio del juego.
Fue entonces expulsado del hospital y en Nápoles perdió todos los ahorros de su vida en el juego, quedando en la miseria.
Tiempo atrás, en un naufragio, había hecho a Dios la promesa de hacerse religioso franciscano, pero no lo había cumplido. Estando en la más completa pobreza se ofreció como obrero y mensajero en un convento de los Padres Capuchinos, donde escuchó una charla espiritual que el Padre Superior les hacía a los obreros, y sintió fuertemente la llamada de Dios a su conversión. Empezó a llorar y pidió perdón por sus pecados, con la firme resolución de cambiar su forma de actuar por completo. Tenía 25 años.
Pidió ser admitido como franciscano, pero en el convento se le abrió de nuevo la llaga en el pie, y fue despedido. Se fue al hospital y se curó, y logró que lo admitieran como aspirante a capuchino, pero en
el noviciado apareció de nuevo la llaga y tuvo que irse de allí también. De nuevo en el Hospital de Santiago, se dedicó a atender a los demás enfermos, por lo que fue nombrado asistente general del hospital.
Su director espiritual fue San Felipe Neri. Estudió teología y fue ordenado Sacerdote. En 1575 se dio cuenta que, ante la gran cantidad de peregrinos que llegaban a Roma, los hospitales eran incapaces de atender bien a los enfermos que llegaban. Fue entonces que decidió fundar una comunidad de religiosos que se dedicaran por completo a los hospitales.
San Camilo trataba a cada enfermo como trataría a Nuestro Señor Jesucristo en persona. Aunque tuvo que soportar durante 36 años la llaga de su pie, nadie lo veía triste o malhumorado. Con sus mejores colaboradores fundó la Comunidad Siervos de los Enfermos, el 8 de diciembre de 1591.
Ahora se llaman Padres Camilos. Murió el 14 de julio de 1614, a los 64 años.
¿Qué podemos aprender de él?
- Su extraordinaria caridad.
- Su gran amor a los enfermos, en quienes veía al mismo Cristo.
- Su fortaleza para sobrellevar sus propios dolores.