Sonia Gabriela Ceja Ramírez
Ante la circunstancia inédita por la expansión de la epidemia del Covid-19 o coronavirus, la Conferencia del Episcopado Latinoamericano y del Caribe (CELAM), propone a todas las Conferencias Episcopales de América Latina animar a sus fieles a consagrarse a la Virgen de Guadalupe «Madre de Dios y Madre de América Latina y del Caribe, Estrella de la evangelización renovada, primera discípula y gran misionera de nuestros pueblos», señala el CELAM mediante un comunicado.
“Sugerimos que este acto de consagración vaya acompañado del rezo del Santo Rosario, y sea transmitido por los medios de comunicación y las redes sociales, para que llegue al mayor número de sacerdotes y fieles”, apunta.
Finalmente, sugiere que se rece la siguiente oración:
Oración a la Virgen de Guadalupe
Santísima Virgen María de Guadalupe,
Madre del verdadero Dios por quien se vive.
En estos momentos, como Juan Diego,
sintiéndonos “pequeños” y frágiles ante la enfermedad y el dolor,
te elevamos nuestra oración y nos consagramos a ti.
Te consagramos nuestros pueblos, especialmente a tus hijos más vulnerables:
los ancianos, los niños, los enfermos, los indígenas, los migrantes,
los que no tienen hogar, los privados de su libertad.
Acudimos a tu inmaculado Corazón
e imploramos tu intercesión: alcánzanos de tu Hijo la salud y la esperanza.
Que nuestro temor se transforme en alegría;
que en medio de la tormenta tu Hijo Jesús sea para nosotros fortaleza y serenidad;
que nuestro Señor levante su mano poderosa y detenga el avance de esta pandemia.
Santísima Virgen María, “Madre de Dios y Madre de América Latina y del Caribe, Estrella de la evangelización renovada, primera discípula y gran misionera de nuestros pueblos”,
sé fortaleza de los moribundos y consuelo de quienes los lloran;
sé caricia maternal que conforta a los enfermos;
y para todos nosotros, Madre, sé presencia y ternura
en cuyos brazos todos encontremos seguridad.
De tu mano, permanezcamos firmes e inconmovibles
en Jesús, tu Hijo, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Amén.
Finalmente el comunicado señala que este es “un gesto poderoso de fe y de esperanza en momentos donde hay temor e inquietud”.

