
Ofrecemos un esquema para realizar una celebración familiar o grupal, sin la presencia del presbítero, para el…
XXII DOMINGO T.O.
Ciclo A, 30 de Agosto de 2020.

JESÚS ENTREGÓ SU VIDA, AUNQUE LE COSTÓ
(¿Cuándo es bueno y cuándo es malo sufrir?)
Nota litúrgica: Estas líneas podrían ser meditadas con antelación por quien guiará la celebración y pueden inspirar sus comentarios e intervenciones durante la misma.
IDEAS PARA EL CELEBRANTE/GUÍA:
Seguir y servir al Señor resulta difícil y arriesgado… ¿Tenemos que buscar a propósito el dolor y la muerte? ¡De ninguna manera! Jesús no buscó el sufrimiento como si fuese un masoquista, incluso suplicó a su Padre que, si era posible, lo apartara de su pasión… Sin embargo, aceptó hasta sus últimas consecuencias, coherentemente, su estilo de vida… ¿Por qué? Porque amaba al Padre y a todos nosotros y quería darnos ejemplo y salvarnos. Él permaneció fiel a su misión, fiel hasta la muerte. Él nos pide ahora permanecer fieles aunque duela y desgaste pues así ganamos una vida más plena…
La palabra de este domingo ilumina nuestra lucha vital de cada día. Todo lo que pensamos, decimos y hacemos, la renovación constante de nuestra mente, como nos dice San Pablo, tiene que rendir honor y alabanza a Dios… Nuestra celebración dominical puede ser la fuente que alimente nuestra entrega a Dios y a los hermanos como lo hacía Jeremías… Y este compromiso es para todos los días no sólo para el culto del domingo… Esto es difícil si lo intentamos sólo con fuerzas y criterios humanos, Pedro no lo entendía ni lo quería, por eso pidamos al Señor que nuestra vida diaria le dé culto mientras continuamos nuestra misión de anunciar su palabra y cargamos nuestra cruz detrás de Jesús…
GUIA: EN EL NOMBRE DEL PADRE, Y DEL HIJO, Y DEL ESPÍRITU SANTO.
Todos: AMÉN.
GUIA: Hoy, Jesús nos dice a nosotros, sus discípulos actuales: “Vengan, aprendan a distinguir lo bueno y agradable a Dios, niéguense a ustedes mismos, tomen su cruz y síganme”. ¡Que estas palabras nos muevan a aceptar el compromiso de ser sus discípulos, profetas y misioneros!
¡El Señor esté siempre con ustedes!
Todos: Y con tu Espíritu.
En silencio, reconozcamos que algunas veces queremos una religión fácil, sin exigencias, sin sacrificios y sin ningún costo de nuestra parte. Pidamos al Señor que nos perdone. (Pausa)
• Señor Jesús, Tú decidiste tomar el camino hacia Jerusalén para allí sufrir y morir por nosotros:
TODOS: Señor, ten piedad.
• Cristo Jesús, Tú quisiste permanecer fiel al Padre que te envió, y a nosotros a quienes amas y querías salvar:
TODOS: Cristo, ten piedad.
• Señor Jesús, Tú nos invitas a permanecer fieles a tu estilo de vida y a nuestra misión.
TODOS: Señor, ten piedad.
GUIA: Ten misericordia de nosotros, Señor, y perdona nuestra cobardía y mediocridad. Danos tu determinación y valor y llévanos a la vida eterna.
TODOS: Amén.
GUIA: Oh Dios, hoy te ofrecemos el culto perfecto de tu hijo Jesucristo.7Con Él te alabamos y damos gracias ofreciéndonos a nosotros mismos con Él. Que esta ofrenda no se vea limitada al momento de nuestra oración, sino que irrumpa en la vida de cada día por medio de nuestro amor a ti y de nuestro servicio generoso al pueblo que se nos ha confiado para amarlo y para compartir con él todo lo que somos y tenemos. Te lo pedimos por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina, en la unidad del Espíritu Santo, por los siglos de los siglos.
TODOS: AMÉN.Se ofrece un resumen de las lecturas para ayudar a quien guía y a quienes leerán a subrayar la parte primordial que ayude a descubrir su mensaje unitario. Pero, las lecturas han de leerse íntegramente durante la celebración.
Nota litúrgica: Se les pedirá a los lectores anunciar únicamente el libro de donde se toma la lectura. Ejemplo: Lectura del libro de los hechos de los apóstoles. Al finalizar cada lectura no se olvide decir: PALABRA DE DIOS. Y se responde: TE ALABAMOS SEÑOR. Y en el Evangelio, anunciar: Del Evangelio de según San Juan. Al finalizar decir: PALABRA DEL SEÑOR. Se contesta: GLORIA A TI SEÑOR JESÚS.
Jeremías 20, 7-8: El profeta Jeremías se queja al Dios que tanto ama, porque el anuncio de su dura palabra le trae problemas, burlas, vergüenza y desprecio… Confiesa que hasta ha pensado en desistir de su misión profética, pero hay un fuego incontenible en su interior…
Salmo 62: Tú fuiste mi auxilio, Señor, extraño tu gracia… Tengo sed de ti, me sostienes, mi alma está unida a ti… Toda mi vida me saciaré de ti, te invocaré y bendeciré…
Romanos 12, 1-2: El verdadero culto consiste en ofrecernos como hostias vivas, santas y agradables a Dios… También debemos transformarnos renovando nuestra mente para descubrir lo que es bueno y agradable a Dios…
Mateo 16, 21-27: Jesús explica a sus discípulos su futura pasión, muerte y resurrección… Pedro, pensando sólo humanamente, intenta disuadir a Jesús de vivir ese estilo de mesianismo, pero Jesús lo reprende duramente y, enseguida, pide a sus discípulos que le sigan cargando su cruz, estando dispuestos incluso a perder la vida por Él… También les anuncia que volverá para pagar a cada uno según sus comportamientos…
Nota litúrgica: Se puede ir leyendo esta reflexión y DETENERSE cuando aparezca una PREGUNTA o cuando se crea conveniente dialogar alguna IDEA.
[La frase con la que comienza el evangelio de hoy “comenzó Jesús a anunciar a sus discípulos…” igual a la de 4, 17, indica que estamos entrando a una nueva etapa del ministerio de Jesús marcado por la cruz. El texto de hoy es inseparable del proclamado el domingo anterior. Hoy se aclara el tipo de Mesías que es Jesús. Y, consecuentemente, las implicaciones para los que queremos seguir a un Mesías que va cargando una cruz.
La frase: “El que quiera salvar su vida la perderá, pero el que pierda su vida por mí la encontrará”, la recogen los cuatro evangelios y aparece seis veces…]
Jesús, hablando con sus discípulos de lo difícil que sería su pasión y su muerte, demuestra su capacidad de entregar la vida como ofrenda de redención… Ante esto, Pedro, a quien su Maestro ya lo había reconocido como “Roca” (lo leímos la semana pasada), se asusta e intenta convencer a Jesús que eso no le puede suceder a Él… Ahora el Señor le responde: “tu modo de pensar es como el de los hombres y no como el de Dios… me quieres hacer tropezar, Satanás”… Los discípulos estaban muy lejos en el entendimiento de este camino… Y yo, ¿le encuentro sentido a la renuncia, la donación y el sacrificio? ¿Ante estas realidades me dejo inspirar por Dios o sólo por mí mismo? ¿En qué descubro que a mí, como a Jesús, se me presentan tentaciones de vivir la vida de una forma facilona y descomprometida?
El Señor nos enseña que la vida podemos orientarla hacia dos destinos: la perdición o la salvación… El primer camino es fácil, pues el egoísmo se nos da sin esfuerzo; el segundo es difícil, pues requiere compromiso generoso… ¿Soy consciente de que, para alcanzar la salvación, he de aprender a renunciar muchas veces a mi bienestar personal?
Jesús quiere enseñar a sus discípulos, a Pedro y a nosotros, a enfrentar el dolor y la muerte de frente y de pie; a que sepamos pasar por las etapas difíciles de la vida y aprender a seguir ayudando a los demás… ¿Cuáles situaciones de mi vida me cuesta trabajo enfrentar? ¿Qué situaciones enfrento hasta que ya no tengo otra alternativa? ¿Cuáles son las situaciones más difíciles que me ha tocado vivir? ¿Para qué me han servido algunas experiencias dolorosas? ¿Mi desgaste y sufrimiento han ayudado a otras personas?
El amor al Dios que nos sedujo para seguirlo y servirlo nos debe dar fuerzas para soportar con alegría todos los sacrificios, persecuciones y malentendidos (Primera lectura). ¿Desisto de mis responsabilidades cuando las cosas se ponen difíciles?
Estamos inmersos en una cultura que rechaza el dolor y el esfuerzo disciplinado. Se nos alienta a buscar únicamente la autocomplacencia y no hemos entendido o ya olvidamos el sentido del sacrificio por el bien de los demás… San Pablo nos invita a no pensar y actuar como el mundo (Segunda lectura)… ¿En qué se nota que me va ganando el hedonismo? ¿Soy capaz de donarme en sacrificio a Dios por mis prójimos?
Si pretendemos tener una vida significativa para nosotros y útil para los demás, debemos estar dispuestos a transformarnos como una oruga que hiberna y se transforma en mariposa… Y, cuando se nos presentan contrariedades en la vida y pérdidas, reales o aparentes, hemos de mantener la esperanza en el Dios que nos resucitará y premiará… Así, podremos ser generosos y flexibles… Especialmente cuando se trata de hacer el bien a los demás, como Dios le pidió a Jeremías y a Pablo y como nuestro amigo Jesús nos enseñó con su propio testimonio de donación hasta la muerte y muerte de cruz…
[Para profundizar en la parte meramente humana de algunos de los conceptos planteados en esta ficha, sugerimos leer el libro de Spencer Johnson, ¿Quién se ha llevado mi queso?]
PARA QUE TE ENCUENTRES CON DIOS, TE PROPONEMOS LOS SIGUIENTES EJERCICIOS PARA LA SEMANA:
1. Este evangelio parece invitarnos a descubrir, con sinceridad, la manera de pensar que tenemos… Sabemos que nuestros pensamientos, tanto los positivos como los negativos, son poderosos y ellos nos dictan qué hacer y qué no…
Hay pensamientos negativos que nos impiden ayudar y hay pensamientos positivos que nos hacen generosos…
Por eso, haz una lista de los pensamientos que cruzan por tu mente con mayor frecuencia, no les pongas etiquetas de buenos o malos, sólo procura darte cuenta de en qué piensas habitualmente…
Hoy se nos invita a transformar nuestra manera de pensar… ¿Qué debo hacer para renovar mi mente de manera que sea yo una persona capaz de donarme aunque cueste y duela?
2. Discierne diferentes momentos en tu vida: ¿Cuándo debo “soltar” y cuándo debo “controlar”? Escribe algunos ejemplos.
Revisa diferentes áreas de tu vida y responde: ¿En qué ocasiones procuro sólo complacerme y qué otras me toca limitarme a mí mismo y sacrificarme voluntariamente por otros?
3. Toda transformación y mejoría cuesta… Lee, medita y déjate iluminar por algunos textos bíblicos: El grano de trigo que muere para dar fruto (Jn 12, 24), La mujer que da a luz con fuertes dolores (Jn 16, 21), Jesús en el Huerto de los Olivos (Mc 14, 32-36; Jn 17)… Escribe tus conclusiones…
4. Escribe una oración pidiendo al Señor que te conceda encontrarle sentido al dolor que la donación voluntaria te pueda provocar… Pídele fortaleza no sólo para enfrentar el dolor, el sufrimiento y la muerte, sino para sacar enseñanzas y que puedas compartir con a otros… Pídele también que te ayude a purificar dos caricaturas que has hecho de Él: un solucionador de problemas y un sádico…
GUIA: Con toda la Iglesia expresamos nuestra fe en el Dios vivo y, de un modo especial este día, en Jesús, el Mesías, su Hijo.
Creo en un solo Dios…
Nota litúrgica: El guía hace la oración inicial y final y las peticiones las van presentando los participantes.
GUIA: Nuestro Señor Jesucristo nos ha llamado a seguirlo cargando nuestra cruz detrás de Él y también a encomendarle a todos los que sufren. Digámosle:
Señor, sé nuestra fuerza.
1. Por la Iglesia, para que se mantenga en actitud de conversión constante y procure hacer visible a Cristo por medio de su compromiso de servir a todos, especialmente a los más necesitados. Roguemos al Señor.
TODOS: Señor, sé nuestra fuerza.
2. Por todos los cristianos que decimos seguir a Cristo, para que vivamos sin cobardías las exigencias del evangelio y demos testimonio de Jesús crucificado. Roguemos al Señor.
TODOS: Señor, sé nuestra fuerza.
3. Por los que sufren y los que trabajan promoviendo la justicia y la paz entre los hombres, para que se perciban uno con Jesús el Señor en su pasión y en su muerte. Roguemos al Señor.
TODOS: Señor, sé nuestra fuerza.
4. Por aquellos a quienes les resulta difícil aceptar la voluntad de Dios y su misión en la vida, para que encuentren amigos que los inspiren a recobrar su confianza en Dios y en la gente y que los animen cuando sientan temor. Roguemos al Señor.
TODOS: Señor, sé nuestra fuerza.
5. Por todos nosotros, para que procuremos siempre renovar nuestra manera de pensar y descubramos la voluntad de Dios. Roguemos al Señor.
TODOS: Señor, sé nuestra fuerza.
GUIA: Señor Jesús, Tú nos invitas a seguirte comprometidamente. Queremos trabajar contigo para llevar tu vida y tu gracia a todos nuestros hermanos. Quédate con nosotros y sigue transformando nuestro mundo, ahora y por los siglos de los siglos.
TODOS: Amén.
GUIA: Con Jesús, nuestro Señor, oremos a nuestro Padre del cielo para que sepamos buscar siempre su voluntad, de forma que sus caminos sean nuestros caminos.
TODOS: Padre nuestro…
GUIA: Decimos juntos:
“Creo, Jesús mío, que estás real y verdaderamente en el Cielo y en el Santísimo Sacramento del altar. Te amo sobre todas las cosas y deseo vivamente recibirte dentro de mi alma, pero no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón. Y como si ya te hubiese recibido, Te abrazo y me uno del todo a Ti. Señor, no permitas que jamás me aparte de Ti.” Amén. |
GUIA: Algunas veces, como el profeta Jeremías, en momentos de prueba y desaliento queremos abandonar nuestra misión…
Sabemos que Dios nos ama y quiere que seamos felices, sin embargo, nos enseña a cargar las cruces exigidas por la fidelidad a nuestros compromisos familiares, a nuestro trabajo, a los caminos del evangelio…
Que el Señor que supo cargar su cruz esté con ustedes.
Y pedimos la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre nosotros y permanezca para siempre.
TODOS: Amén.