
Ofrecemos un esquema para realizar una celebración familiar o grupal, sin la presencia del presbítero, para el…
PENTECOSTES

¡DIOS-ESPIRITU RE-CREA, RE-UNE
Y RE-CONCILIA A TRAVÉS DE NOSOTROS!
(¿Unifico y ayudo a todos con mi forma de hablar?)
Nota litúrgica: Estas líneas podrían ser meditadas con antelación por quien guiará la celebración y pueden inspirar sus comentarios e intervenciones durante la misma.
IDEAS PARA EL CELEBRANTE/GUÍA:
Dicen que todo mundo hemos soñado alguna vez con un futuro sin miedo de hacer las cosas que ansiamos y proyectamos por mucho tiempo, con un día de entusiasmo para realizar las tareas de cada día y para arriesgarnos a amar más profundamente a Dios y a nuestros hermanos sin condiciones ni vacilaciones, con estar inspirados y ser más dinámicos y creativos… Pentecostés es el día en que esto puede comenzar a suceder, porque hoy el Espíritu Divino – el viento celestial huracanado, el fuego, el aliento de Jesús – renueva nuestro amor y trae luz, alegría, fuerza y libertad a nuestra vida…
Nos resultan familiares los vientos, las tormentas y los huracanes, que sacuden casas y arrancan árboles de cuajo. Hoy celebramos la acción de otro viento misterioso, que unas veces se presenta violento y tempestuoso para renovar y otras veces se muestra suave y refrescante como dulce brisa reconfortante. Es el Espíritu Santo que irrumpe. ¿De dónde viene este Espíritu? ¿A dónde va y a dónde nos dirige? Es una tormenta divina de amor y valentía, de creatividad, de renovación…
Hoy puede ser un nuevo Pentecostés. ¡Que esta celebración traiga aire fresco a nuestros corazones, renueve nuestra fe y haga crecer visiblemente nuestro amor!
GUIA: EN EL NOMBRE DEL PADRE, Y DEL HIJO, Y DEL ESPÍRITU SANTO.
Todos: AMÉN.
GUIA: El amor viene de Dios y todos los que aman han nacido de Dios lo conocen.
Jesús, el Hijo de Dios, que nos dio a conocer su amor, esté siempre con ustedes.
Todos: Y con tu Espíritu.
GUIA: Reconozcamos que muchas veces no hemos utilizado los dones maravillosos que el Espíritu Santo nos ofrece. Pidámosle a Dios que nos perdone bondadosamente y que abra nuestros corazones a su vida y a su acción en nosotros. (Pausa)
• Señor Jesús, insufla tu Espíritu sobre nosotros para que nos entendamos y acojamos, nos apreciemos y nos apoyemos mutuamente. Señor, ten piedad.
• Jesucristo, insufla tu Espíritu sobre nosotros para unirnos en un mismo amor inventivo y creador. Cristo, ten piedad.
• Señor Jesús, insufla tu Espíritu sobre nosotros para que nos libere de todos los miedos que nos paralizan y para que nos mueva a servir con alegría a Dios y a los hermanos. Señor, ten piedad.
GUIA: Por tu gran bondad, Señor, perdona nuestros pecados, ábrenos al Espíritu de vida y amor y llévanos a la vida eterna.
TODOS: Amén.
GUIA: Dios, Padre nuestro, te pedimos que tu Santo Espíritu vigorice nuestro cristianismo, que renueve nuestra caridad y nuestra vida como lo hizo con los miembros de la Iglesia naciente, que nos traiga ternura y alegría, apertura para con todos, valentía para defender y promover lo que sea recto y justo, auténtica armonía y que nos lleve hasta ti.
Te lo pedimos por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
TODOS: AMÉN.
Se ofrece un resumen de las lecturas para ayudar a quien guía y a quienes leerán a subrayar la parte primordial que ayude a descubrir su mensaje unitario. Pero, las lecturas han de leerse íntegramente durante la celebración.
Nota litúrgica: Se les pedirá a los lectores anunciar únicamente el libro de donde se toma la lectura. Ejemplo: Lectura del libro de los hechos de los apóstoles. Al finalizar cada lectura no se olvide decir: PALABRA DE DIOS. Y se responde: TE ALABAMOS SEÑOR. Y en el Evangelio, anunciar: Del Evangelio de según San Juan. Al finalizar decir: PALABRA DEL SEÑOR. Se contesta: GLORIA A TI SEÑOR JESÚS.
Hechos de los Apóstoles 2, 1-11: El Espíritu irrumpe y los discípulos, después de recibir su fuego, hablan de las maravillas de Dios a todos los pueblos que hay bajo el cielo… y todos los escuchan en sus propias lenguas…
Salmo 103: Dios, enviando su Espíritu, re-crea y re-puebla la faz de la tierra…
1 Corintios 12, 3-7. 12-13: Por la acción de Espíritu Santo podemos formar el único Cuerpo de Cristo con nuestros múltiples dones y ricas diferencias para el bien común…
Juan 20, 19-23: Jesús resucitado nos desea la paz y nos envía, como el Padre lo ha enviado a Él y nos insufla el Espíritu Santo para continuar su obra reconciliadora… Jesús-Dios-Espíritu hace una nueva creación con nosotros…
Nota litúrgica: Se puede ir leyendo esta reflexión y DETENERSE cuando aparezca una PREGUNTA o cuando se crea conveniente dialogar alguna IDEA.
[La Palabra de hoy nos habla de Dios-Espíritu de forma rica y variada. Conviene recordar que la biblia no suele presentarnos crónicas periodísticas sino “teología”, así que, al leerla y meditarla, hemos de superar la literalidad y profundizar en su mensaje espiritual y en los compromisos que nos deja.
Pablo nos recuerda que Dios-Espíritu hace que todos formemos una unidad “orgánica” más fuerte que cualquier forma de vida biológica. Y Juan nos narra una “venida” del Espíritu diferente a la que nos presenta Lucas en el libro de los Hechos, una que es tan sencilla que tendemos a olvidarla, es el mismo Jesús resucitado quien “insufla” el Espíritu a sus apóstoles re-creándolos…
Pudiéramos decir que las “venidas” de Dios-Espíritu-Jesús son muchas, variadas y cotidianas ayer como hoy. Hoy no celebramos sólo la conmemoración de un acontecimiento del pasado o una fiesta en honor al Espíritu Santo separado del Padre y del Hijo. Hoy intentamos revivir lo que las lecturas nos han recordado: que todos, sin importar la diversidad de nuestros orígenes y circunstancias, formamos un cuerpo animado por el Espíritu con la misma misión que el Padre le encomendó a Jesús…
Conviene también que hagamos algunas breves aclaraciones:
• El Espíritu no es algo o alguien separado de Dios, recordemos que Dios es trino y es uno; es un solo Dios y tres personas distintas pero nunca aisladas.
• Cuando hablamos de que el Espíritu nos da dones lo decimos en sentido metafórico pues es Dios mismo el que se dona a sí mismo por completo para que podamos ser y vivir en el amor.
• El Espíritu Santo no se da a algunos cuantos privilegiados sino a todos. Él habla el lenguaje universal del amor y por eso nos une en una experiencia contraria a Babel.
• La relación que hemos de tener con Dios-Espíritu es la misma que vivió Jesús, no se trata de una “devoción” sino de una íntima relación personal.
• Dios-Espíritu actúa no desde fuera sino desde la profundidad de nuestro ser haciéndonos cada vez más libres y plenos.
• No deberíamos pretender descubrir a Dios-Espíritu de forma intelectual sino espiritual…
Nuestro objetivo no debería ser intentar poseer al Espíritu Santo sino dejarnos poseer por él y, conscientes de nuestros límites individuales, procurar estar atentos a su presencia en los hermanos que nos rodean y que son “dones” para nosotros y nuestro caminar hacia Dios…]
La Palabra de hoy describe lo que el Espíritu Santo, que hemos recibido ya, puede seguir haciendo en nuestro mundo… ¿Cuál es el Espíritu que anima y mueve mis pensamientos y acciones?
Podemos decir que el Espíritu que irrumpe en Pentecostés viene a sanar la división que sufre la humanidad provocada por la soberbia y la falta de buena comunicación (recordemos el episodio de la torre de Babel)… Pero esa tarea la realizará a través de nosotros si somos buenos comunicadores…
El día de Pentecostés, el lenguaje de los discípulos era entendible para todos, sin importar su procedencia ni cultura… Generalmente, aunque no siempre, el que todos escuchen lo que estoy diciendo es señal de que uso bien el arte de la comunicación y cuando no me escuchan es que no me estoy comunicando bien… El arte de la comunicación nos lleva a bien construir nuestro interior, nuestra familia, la unidad en nuestra sociedad e iglesia… nos lleva a construir el cuerpo de Cristo… Por eso me pregunto: ¿Cuántas “lenguas” hablo? ¿Hablo un lenguaje que transmite paz y esperanza? ¿Doy testimonios maravillosos que promueven el entendimiento y la reconciliación? ¿Mis palabras describen y construyen un mundo re-creado por Dios? ¿Mis opiniones van tejiendo la unidad de un solo cuerpo? ¿Mis silencios, gestos y opiniones promueven el amor y el buen entendimiento?
La mala comunicación hace surgir muchos problemas: en la pareja y la familia, en la sociedad, en el trabajo o escuela, en las comunidades y en la parroquia… ¿Tienes algún ejemplo concreto en tu vida de complicaciones causadas por mala comunicación y común-unión?
Por el contrario, el arte de la buena comunicación nos ayuda a resolver los problemas que nos envuelven… Una buena comunicación nos lleva a descubrir y re-crear el corazón del otro y fortalece la unidad. En este punto, ¿cómo crees que la buena comunicación y el diálogo pueden resolver desde problemas de pareja hasta asuntos de inseguridad en nuestra colonia y en nuestro país?
Te invitamos a evaluar el contenido y el estilo de tu comunicación… ¿Sé expresar completa y adecuadamente mis sentimientos y deseos? ¿Consigo siempre hablar o, a veces, grito (o golpeo)? Cuando discuto algún tema delicado, ¿asumo mis responsabilidades o sólo acuso? ¿Supongo demasiadas cosas o pregunto y acepto?… Recuerda que la respuesta que recibes de los que interactúan contigo demuestra la calidad de lo que tú estás comunicando…
Dios, a través de su Espíritu, quiere hacer una nueva creación en nosotros a todos los niveles… ¿Quiero dejar que Dios abra y llene mi mente y corazón? ¿Acepto que siempre debo acercarme a mis prójimos con empatía y amor? ¿Estoy abierto a la revisión y retroalimentación constantemente?
Si queremos ser personas que comuniquen el bien y lo comuniquen bien debemos comprometernos en un diálogo constante de actualización, pues las personas cambiamos constantemente… A veces, si pensamos que no hay mudanzas en nuestras vidas, dejamos de compartir las nuevas huellas que las circunstancias y Dios van dejando en nosotros… cada día es nuevo y cada día soy y eres una persona nueva…
(Notas:
• Si crees que tienes problemas constantes de comunicación, quizá sea tiempo de buscar atención. Haz varias veces este ejercicio simple: Comunica algo a un familiar o amigo cercano y pídeles que te digan lo que entendieron… ¿Es lo que tú querías decir? Tal vez necesites resolver algunos problemas o aprender algunas herramientas para mejorar tu capacidad de comunicarte.
• Si bien es verdad que la comunicación interpersonal es una vía de, por lo menos, dos sentidos, bien hablar y bien escuchar, en la reflexión de hoy hemos querido poner más atención al cómo organizamos y emitimos nuestros mensajes… Sin embargo, para no quedarnos con una trunca percepción del proceso comunicativo, tengamos en cuenta que un buen comunicador también debe dominar el arte de la escucha. Reflexión que tú puedes iniciar y que, si Dios nos permite, podremos profundizar juntos algún otro día).
TE PROPONEMOS LOS SIGUIENTES EJERCICIOS PARA QUE TE ENCUENTRES CON DIOS DURANTE LA SEMANA:
1. Revisa tu estilo de comunicación y responde: ¿Estoy siendo agente de paz, de unidad y de perdón a través de mi buena comunicación? ¿En qué lo noto?
2. Escribe una lista de las palabras y frases que usas más frecuentemente y descubre lo que transmiten… ¿Su mensaje es positivo o negativo?
Esfuérzate esta semana en decir frases nutricias y evitar frases tóxicas…
3. En tu oración de esta semana pide: “Señor, que yo sea un agente de unidad, de reconciliación y de paz. Que sepa usar un lenguaje que construya el corazón de mis hermanos. Que sepa compartir con mis hermanos la misión que Dios me ha dado”.
GUIA: Expresamos nuestra fe en el Dios vivo y, una Dios de unidad familiar, un Dios Rey que reina nuestras vidas.
Creo en un solo Dios…
GUIA: Roguemos a Dios Padre que derrame sobre nosotros y sobre el mundo entero el Espíritu de audacia y de unidad. Y digamos:
Que tu Santo Espíritu renueve la faz de la tierra.
1. Sobre las iglesias locales esparcidas por toda la tierra, sobre las comunidades con mil rostros, sobre los cristianos diseminados por todo el ancho mundo, Señor, derrama tu Espíritu. TODOS: Que tu Santo Espíritu renueve la faz de la tierra.
2. Sobre el Papa, los obispos y sacerdotes, los religiosos y todos aquellos que tienen un ministerio de servicio, Señor, derrama tu Espíritu. TODOS: Que tu Santo Espíritu renueve la faz de la tierra.
3. Sobre los cristianos perseguidos por su fe, sobre los que dudan, vacilan o flaquean, sobre todos los que esperan al Espíritu Consolador, Señor, derrama tu Espíritu. TODOS: Que tu Santo Espíritu renueve la faz de la tierra.
4. Sobre los que oprimen a sus hermanos, sobre los que ostentan posiciones de poder, sobre los marginalizados, los esclavizados y los liberados y libres, Señor, derrama tu Espíritu. TODOS: Que tu Santo Espíritu renueve la faz de la tierra.
5. Sobre los que extienden y proclaman el evangelio, sobre aquellos cuya misión es perdonar pecados, sobre aquellos atrapados por los cepos de sus vicios y pasiones, Señor, derrama tu Espíritu. TODOS: Que tu Santo Espíritu renueve la faz de la tierra.
6. Sobre los que estamos reunidos aquí en tu nombre, sobre los que han abandonado nuestra comunidad, sobre los nuevos bautizados, Señor, derrama tu Espíritu. TODOS: Que tu Santo Espíritu renueve la faz de la tierra.
GUÍA: Llenos de confianza te rogamos, Señor Dios nuestro, envíanos tu Espíritu para que nos inflame con su amor todos los días de nuestra vida y por los siglos de los siglos.
TODOS: Amén.
GUIA: El Espíritu clama desde lo más profundo de nosotros y nos ayuda a llamar “Padre” a Dios. Por eso, hablemos ahora a nuestro Abbá con total confianza como Jesús nos enseñó.
TODOS: Padre nuestro…
GUIA: Decimos juntos:
“Creo, Jesús mío, que estás real y verdaderamente en el Cielo y en el Santísimo Sacramento del altar. Te amo sobre todas las cosas y deseo vivamente recibirte dentro de mi alma, pero no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón. Y como si ya te hubiese recibido, Te abrazo y me uno del todo a Ti. Señor, no permitas que jamás me aparte de Ti.” Amén. |
GUIA: Hoy, el Señor ha derramado sobre nosotros el fuego vivo y el fuerte aliento del Espíritu.
Que nos arriesguemos con valentía a entregarnos a Dios para el bien de nuestros hermanos.
Que nos dé el valor para transformarnos a nosotros mismos y a la Iglesia que tanto amamos.
Que seamos para todos signos vivientes de la presencia bondadosa de Dios.
Y pedimos la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre nosotros y nos acompañe siempre.
Todos: Amén.
