
Ofrecemos un esquema para realizar una celebración familiar o grupal, sin la presencia del presbítero, para el…
XXXIII DOMINGO T.O.
Ciclo A, 15 de Noviembre de 2020.

¡DESPIERTA Y COMPARTE LO QUE ERES!
( ¿Vivo encerrado por miedo o ilumino mi mundo? )
Nota litúrgica: Estas líneas podrían ser meditadas con antelación por quien guiará la celebración y pueden inspirar sus comentarios e intervenciones durante la misma.
IDEAS PARA EL CELEBRANTE/GUÍA:
Dios confía en nosotros más de lo que nosotros confiamos en nosotros mismos. Él nos confía muchísimos talentos y cualidades, no solamente para realizarnos plenamente como personas y llegar a ser los cristianos que él nos ha llamado a ser, sino también para construir la Iglesia y el Reino de Dios. ¡Qué tremenda confianza! ¡Él se pone a sí mismo, su Iglesia y el Reino en nuestras manos! Esa confianza de Dios se convierte en nuestra responsabilidad…
Es desalentador ver personas con muchísimos talentos que se rehúsan emplear y multiplicar sus dones. ¿Tienen acaso miedo de comprometerse, de arriesgarse con la gente?
Por ejemplo, el don de la fe que reservamos sólo para los domingos y que dejamos de invertirla todos los días para el bien de nuestros hermanos, para perdonar cuando nos han ofendido, para hablar con valentía por los que no tienen voz, para repartir afecto sin esperar correspondencia…
Es un día de reflexionar sobre lo que hacemos con todas las cualidades que tenemos, ¿las reconocemos y cultivamos? ¿Las ponemos al servicio de los demás? ¿Las compartimos? ¿Son medios por los cuales transmitimos la luz de Dios?
GUIA: EN EL NOMBRE DEL PADRE, Y DEL HIJO, Y DEL ESPÍRITU SANTO.
Todos: AMÉN.
GUIA: Nosotros no somos ni de la noche ni de las tinieblas, por lo tanto no durmamos como los demás, seamos vigilantes y vivamos sobriamente.
El Señor Jesús, nuestra luz, esté siempre con ustedes.
Todos: Y con tu Espíritu.
Pensemos en las veces que hemos usado los dones de Dios a la ligera, como si se nos hubieran dado sólo para nosotros, sin que sirvan ni a Dios ni a la Iglesia. Pidamos al Señor que nos perdone. (Pausa)
• Señor Jesús, cuando viniste a nosotros nos compartiste una inmensa cantidad de dones.
Todos: Señor, ten piedad.
• Cristo Jesús, tú nos has confiado el futuro de la Iglesia y de tu Reino.
Todos: Cristo, ten piedad.
• Señor Jesús, tú nos has hecho libres y responsables al servicio de Dios y del mundo.
Todos: Señor, ten piedad.
GUIA: Ten piedad de nosotros, Señor, perdónanos por emplear mal o dejar inactivos tus dones.
Haznos serviciales como tú y llévanos a la vida eterna.
TODOS: Amén.
GUIA: Oh Dios, Padre nuestro, que has iluminado el mundo con tu amor, sabemos que nos confías el futuro de tu Reino en el mundo.
Danos la gracia de planear y multiplicar nuestras habilidades como el ama de casa de la que nos hablas hoy en el libro de los proverbios y los dos servidores que multiplicaron sus talentos.
Así, llevaremos al mundo reconciliación, bondad, amor, alegría y unidad junto con las personas de buena voluntad y con quienes te buscan sinceramente.
Te lo pedimos por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu santo y es Dios por los siglos de los siglos.
TODOS: AMÉN.
Se ofrece un resumen de las lecturas para ayudar a quien guía y a quienes leerán a subrayar la parte primordial que ayude a descubrir su mensaje unitario. Pero, las lecturas han de leerse íntegramente durante la celebración.
Nota litúrgica: Se les pedirá a los lectores anunciar únicamente el libro de donde se toma la lectura. Ejemplo: Lectura del libro de los hechos de los apóstoles. Al finalizar cada lectura no se olvide decir: PALABRA DE DIOS. Y se responde: TE ALABAMOS SEÑOR. Y en el Evangelio, anunciar: Del Evangelio de según San Juan. Al finalizar decir: PALABRA DEL SEÑOR. Se contesta: GLORIA A TI SEÑOR JESÚS.
Proverbios 31, 10-13. 19-20. 30-31: Se describe a un ama de casa que pone todos sus talentos al servicio de su familia y de los necesitados… Es laboriosa, solidaria, humilde, sencilla y piadosa…
Salmo 127: En el Antiguo Testamento se creía que quien seguía los caminos del Señor sería dichoso, le iría bien económicamente, sería bendecido con una buena esposa, muchos hijos y viviría numerosos años…
1 Tesalonicenses 5, 1-6: Como no sabemos cuándo vendrá el Señor, debemos mantenernos siempre vigilantes y despejados, conscientes de que somos hijos de la luz…
Mateo 25, 14-30: Dios espera que hagamos rendir los dones y cualidades que nos ha entregado… Quienes sean fieles y cumplidores serán invitados al banquete y los negligentes y holgazanes serán arrojados fuera a las tinieblas… ¿Qué haremos nosotros y con cuál de los empleados nos identificamos?
Nota litúrgica: Se puede ir leyendo esta reflexión y DETENERSE cuando aparezca una PREGUNTA o cuando se crea conveniente dialogar alguna IDEA.
[Los primeros cristianos creían que el fin del mundo llegaría pronto. Tal vez por eso, Mateo los amonesta para que asuman su responsabilidad delante de Dios y de sus hermanos en el momento presente… Este mensaje es muy actual… Notemos que las parábolas del capítulo 25 hablan de omisiones que debemos evitar y, en cambio, recomienda que nos mantengamos atentos y actuantes para, cuando llegue el momento, podamos escuchar (como al final de cada una de ellas): “Entraron al banquete…”, “Pasa al banquete…” y “Hereden el Reino…”]
Para entender el mensaje del evangelio de hoy nos ayuda saber que los “talentos” eran monedas imaginarias de valor exorbitante, calculado aproximadamente entre 30 y 35 kilogramos de plata, es decir, como 6,000 denarios, ¡más de 15 años de salario de un jornalero! Jesús está, pues, hablando metafóricamente de algo inmensamente valioso que se nos confía…
Aclaremos también que el objetivo de la parábola no parece ser el invitarnos a producir ni a acaparar bienes materiales de forma egoísta por sobre los derechos y necesidades de los demás, ni en competencia con nadie…
Tampoco basta con interpretar los talentos como cualidades personales, a no ser que se entienda que debemos de emplear todos nuestros recursos individuales para el beneficio de la comunidad… Además, no todo lo que podemos cultivar en nosotros tiene la misma importancia. Definitivamente, lo que más importa es lo que nos va haciendo más humanos y eso es el amor traducido en servicio… Al final, no seremos juzgados por la cantidad de cualidades que hayamos desarrollado, sino por lo que hemos hecho con ellas. Lo que la parábola parece condenar es el que nos neguemos a profundizar en las propias potencialidades y que nos refugiemos en el disfrute de lo que otros ya han logrado sin buscar la plenitud para nosotros y para compartirla con la comunidad… ¿Cuáles son los bienes esenciales que debo descubrir y multiplicar en mí? ¿Será que el verdadero talento de gran valor no es algo que tengo sino lo que soy? ¿Descubro que el reino crece cuando pongo al servicio de los demás mi tesoro y cuando acepto el tesoro de los otros? ¿Me doy cuenta que el miedo que me impide crecer y donarme no es cristiano?
La principal dificultad que entramos para entender y aplicar este evangelio es lo ocurrido con el tercer criado. Parece que fue condenado injustamente pues no hizo nada malo, no robó el denario ni lo malgastó irresponsablemente. Simplemente lo guardó enterrándolo en la tierra. De hecho, en aquel tiempo había una ley que preveía que si alguien recibía en custodia algo de gran valor, podía enterrarlo envuelto en un lienzo de los que se usaban para cubrir la cabeza y, si se llegaba a perder, no se le podía imputar responsabilidad civil a su custodio. Así que, según esta ley el criado no había cometido ningún crimen… Pero, detengámonos un poco. Aquel hombre enterró el denario porque tenía miedo, le temía al amo y carecía de confianza en sí mismo para desarrollar creatividad, para ser proactivo, para arriesgarse y buscar formas audaces de hacer rendir aquel fondo, incluso corriendo riesgos. Parece que Jesús no quiere seguidores paralizados por el miedo, de tal manera que sólo se dediquen a conservar sus seguridades, a ser conformistas… Este mensaje resuena hoy en el magisterio del papa Francisco cuando nos invita a salir de las iglesias, de la monotonía, de una pastoral de conservación y a dejarnos guiar por el Espíritu… ¿Reconozco que a veces, por miedo, no participo en algunas iniciativas para beneficiar a mis hermanos más pobres o alejados de la iglesia? ¿Detecto los miedos que me paralizan? ¿Qué tan dispuesto estoy a perder mis seguridades? ¿Qué estoy dispuesto a hacer con mis miedos paralizantes?
Resumiendo: porque sabemos que vamos a morir, debemos encontrar una manera saludable de vivir… El ejemplo lo tenemos en la mujer descrita en la primera lectura: transforma el mundo con su trabajo, es solidaria, no se fía de lo superficial o pasajero y es amiga de Dios… Ella, como dice la segunda lectura, está despierta, se da cuenta de lo que debe hacer cada día para iluminar su entorno… Y, como dice el Evangelio, multiplica los “talentos” que Dios le dio, o mejor, el talento que es ella misma, y se dona a sí misma beneficiando a su familia y transformando la sociedad…
Dicen que en tiempos de crisis tendemos más a encerrarnos en nosotros mismos, a escondernos y a involucionar…. Por eso, si no estamos conscientes, si estamos dormidos o si tenemos miedo, se nos irá la vida inconsciente e infructuosamente, así que preguntémonos a la luz de la Palabra reflexionada: ¿Cómo estoy orientado en este momento: hacia dentro de mí o hacia los demás? ¿Cuál es mi tarea en esta vida? ¿Tengo o adolezco de un proyecto de vida para desarrollar mis “talentos”? ¿Quiénes entran en mi proyecto de vida como beneficiarios de mis cualidades y amor? ¿Cómo es el sector de la iglesia con el que me involucro, defiendo y promuevo?
¿Me doy cuenta de que no puedo ir “dormido” o “escondido” por la vida, sino que debo reconocer que Dios confía en mí y, por eso, debo cultivar mi confianza mí mismo para mantenerme creativo buscando formas nuevas de compartir mis talentos?
PARA QUE TE ENCUENTRES CON DIOS, TE PROPONEMOS LOS SIGUIENTES EJERCICIOS PARA LA SEMANA
1. ¿Qué puedo hacer para darme cuenta de lo que necesito para no ir “dormido” por la vida (en lo personal, familiar, social y espiritual)?
¿Me doy cuenta de los talentos que recibí en administración para beneficiar a quienes me rodean? ¿Cuáles son y cómo los comparto?
2. Durante estos días te invitamos a que te “des cuenta” de algunos aspectos de tu vida que normalmente escapan a tu conciencia. Te pueden ayudar algunas de las siguientes preguntas: ¿Cuántas veces al día usas tu celular y para qué lo usas? ¿En qué inviertes cada hora del día? ¿Cumples tus proyectos o dejas asuntos sin resolver? ¿Hay algunos miedos que te impidan ser tú mismo? ¿Con quién compartes y qué cosas compartes? ¿Qué idea o imagen tienes de Dios? ¿Cómo es tu relación con Él, es de amistad o de temor?
Ahora que te diste cuenta… ¿qué te gustaría modificar para no vivir dormido o con miedo?
Te recomendamos que practiques durante media hora cada día estos ejercicios de “darse cuenta”… En un cuaderno ve completando esta frase: “me doy cuenta de: …” tantas veces cuantas sean necesarias… Terminarás “dándote cuenta” de muchas otras realidades. Esto te mantendrá despierto y capaz de invertir tus talentos en la transformación de la realidad como Dios espera de ti… Ve hablando con Él acerca de lo que vas descubriendo…
3. Finalmente, durante esta semana, en tu oración,
• Agradece al Señor que te haya creado con tanto amor como un talento de inmensa valía…
• Pídele que te haga valiente para vivir tu vida con sentido de propósito y creatividad de tal manera que ayudes a salir adelante a todos aquellos que, por miedo a perder sus seguridades, viven mediocremente o escondidos…
GUIA: Con toda la Iglesia expresamos nuestra fe en el Dios vivo y, de un modo especial este día, en Jesús, el Mesías, su Hijo.
Creo en un solo Dios…
Nota litúrgica: El guía hace la oración inicial y final y las peticiones las van presentando los participantes.
GUIA: Todo lo que somos y todo lo que tenemos es un don de Dios. Oremos para que sepamos ponerlo todo al servicio de la Iglesia y de los hermanos. Después de cada petición digamos:
TODOS: Señor, que todas nuestras obras te alaben.
1. Para que la Iglesia sea valiente para renovarse permanente en Cristo y llevé a todos los hombres su mensaje de esperanza y de vida. Roguemos al Señor.
TODOS: Señor, que todas nuestras obras te alaben.
2. Para que todos los seres humanos participen de los recursos de la tierra con justicia, amistad y paz, y para que los poderosos cooperen para lograr el desarrollo humano y económico de todas las naciones y clases sociales. Roguemos al Señor.
TODOS: Señor, que todas nuestras obras te alaben.
3. Para que las mujeres alcancen su lugar en la Iglesia y en el mundo, y para que su cordialidad, tacto, sensibilidad y amabilidad den calor a nuestro mundo duro y frío. Roguemos al Señor.
TODOS: Señor, que todas nuestras obras te alaben.
4. Para que los hogares empapados en el amor y el bien y una buena educación, ayuden a nuestros jóvenes a desarrollar sus talentos y los pongan al servicio de la Iglesia y del mundo. Roguemos al Señor.
TODOS: Señor, que todas nuestras obras te alaben.
5. Por nosotros, para que seamos responsables ante Dios por nuestras vidas y por la felicidad de todos, para que progresemos en el servicio y nos enriquezcamos unos a otros con amor. Roguemos al Señor.
TODOS: Señor, que todas nuestras obras te alaben.
GUIA: Señor Dios nuestro, tú nos has regalado generosamente nuestros talentos. No permitas que seamos tacaños y egoístas, antes bien, ayúdanos a dar generosamente lo mejor de nosotros mismos al servicio de la Iglesia y de la humanidad, por medio de Jesucristo nuestro Señor.
TODOS: Amén.
GUIA: Con Jesús, nuestro Señor, oremos a nuestro Padre del cielo para que sepamos buscar siempre su voluntad, de forma que sus caminos sean nuestros caminos.
TODOS: Padre nuestro…
GUIA: Decimos juntos:
“Creo, Jesús mío, que estás real y verdaderamente en el Cielo y en el Santísimo Sacramento del altar. Te amo sobre todas las cosas y deseo vivamente recibirte dentro de mi alma, pero no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón. Y como si ya te hubiese recibido, Te abrazo y me uno del todo a Ti. Señor, no permitas que jamás me aparte de Ti.” Amén. |
GUIA: Hoy recordamos que nuestra vida, con todo lo que somos y tenemos, no es de nuestra propiedad, ya que todo lo hemos recibido de Dios.
Es un préstamo suyo, no para guardarlo seguro en un “agujero en la tierra”, sino para hacerlo producir del mejor modo posible…
Que Dios omnipotente nos dé fuerza y valor para servirlo, para iluminar el mundo con todo nuestro ser al servirlo en nuestros hermanos.
Para ello, que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre ustedes y permanezca para siempre.
TODOS: Amén.