Yara Martínez González
Con la celebración de la Santa Misa, que fue presidida por el Arzobispo de Guadalajara, Cardenal José Francisco Robles Ortega, concluyó la VIII Asamblea Eclesial Diocesana, que por primera vez se llevó a cabo de manera virtual, ya que el año pasado tuvo que suspenderse y realizarse una Reunión Conjunta, también de manera virtual.
La Asamblea se transmitió desde las instalaciones del Sembrador Nueva Evangelización (ESNE).
El Arzobispo de Guadalajara estuvo acompañado por los cinco Obispos Auxiliares y una mínima representación del presbiterio. En su homilía a la que, de manera simultánea, se conectaron las diferentes vicarías, el purpurado agradeció la participación de laicos, religiosos y presbíteros, quienes a los largo de una semana participaron en las diferentes actividades.
Además, dijo, al igual que Jesús volteaba a ver a las multitudes, en la Iglesia “hemos contemplado la multitud de familias que tenemos en nuestra realidad y que están en crisis, de jóvenes que están necesitados de una palabra, de un acompañamiento; la multitud de quienes integramos la sociedad, pero que en este momento nos encontramos divididos, cada quien buscando su propio fin; la realidad de tantos ancianos y necesitados, y así de tantos hermanos sacerdotes, que por lo que sea, han experimentado una especial crisis en su identidad, en su manera de llevar su misión”.
Asimismo destacó que como pastores, Jesús los reta a tocar su carne viva, a través de los hermanos que están más necesitados.
“Tratemos de tocar con nuestra acción pastoral a cada una, a cada uno, que no nos quedemos como perdidos en la multitud y en la masa, que tratemos de que nuestra acción toque, como dice el Papa Francisco, con mucha frecuencia la carne de Cristo sufriendo en el enfermo, en el pobre, en el desanimado, en el desorientado”.
La jornada terminó con una comida, en la que de manera fraterna, convivieron el equipo organizador, de producción y quienes asistieron a la celebración Eucarística.