Jesús responde revelándoles su íntima e indisoluble unidad con el Padre en las obras que hace y en el poder de juzgar a todos los hombres. Reconocer a Jesús como Hijo de Dios era cierta- mente difícil para los judíos. Para ello necesitaban tener en cuenta las obras que probaban su divinidad, lo mismo que haber sido capaces de renunciar a unos razonamientos meramente humanos.
"En la Iglesia tenemos urgente necesidad de una comunicación que inflame los corazones, sea bálsamo en las heridas e ilumine el camino de nuestros hermanos y hermanas"