Jesús se nos reveló como aquel en el que las profecías se hacen plenamente realidad. Él invita a sus paisanos de Nazaret a reflexionar sobre el hecho de que Dios distribuye sus dones a quien muestra tener un corazón sincero y disponible, no importa a qué raza pertenezca.
"En la Iglesia tenemos urgente necesidad de una comunicación que inflame los corazones, sea bálsamo en las heridas e ilumine el camino de nuestros hermanos y hermanas"