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Martin Gerardo Cruz Ruiz

A muchos jóvenes, les está afectando la pornografía en las distintas áreas de su persona y de vida. Quisieran ser unos muchachos que se ejercitaran físicamente, que estudiaran y progresaran en buenos trabajos y matrimonios. Y se ven detenidos.

De la vida de Antonio “N”.

Hace cinco años, iba caminando por las calles de mi pueblo, había hecho viajes para conocer algunos otros países.

Qué triste me sentía a mis treinta años, y todavía con la lucha interior como de dos fuerzas en pugna. Cuando era niño veía las revistas pornográficas que mi papá me regalaba. Él se había divorciado de mi mamá años antes.

Más tarde, entraba a las tiendas de adultos y compraba material, con mucha vergüenza, pero luego vino el internet. 

¿Por qué hacía el mal que no quería y no hacía el bien que sí quería hacer?

Me sentía lleno de vileza, malicia y miseria. ¿Dónde estaba el poder que me podía hacer libre? Ya no me interesaba tener una novia y casarme, sino lo único que quería, era ver esos videos, y el placer egoísta.

Perdí mi voluntad

Era aterrador, era como si una fuerza maléfica se apoderara de mí, y mi voluntad estaba tan débil. Quería y no podía dejar aquello. Y luego me sentía vacío, lleno de culpa.

Deseaba arrancarme por dentro estos deseos obsesivos. ¡Dios mío quítame esto, era mi grito! Me sentía lleno de odio y de dolor.

Una y otra vez el propósito de dejarla, una y otra vez el enojo, después de ver. Primero pasaban muchos meses, después más seguido y eso me asustaba.

Me di cuenta que en años anteriores en realidad no quería dejar mi capricho y mi berrinche interior. Pero me rendí, me invitaron a una misa en donde el sacerdote iba a dar el Sacramento de la Unción de los enfermos, y dijo, este Sacramento no es sólo para los enfermos físicos también es para lo interior. A otras personas les ha pasado lo mismo, han sanado interiormente.

“Dios se acercó a mí, y me sentí profundamente amado por Él”

¡Qué maravilla! Sí sigo teniendo tentaciones, pero ahora tengo una libertad que no conocía y un poder se mueve en mí para escoger la limpieza, la pureza, para mirar limpiamente y para estar crucificado para la mundanalidad. Llevo cinco años de vida nueva, al principio fue difícil, los deseos parecían no sucumbir, sé que Jesús tomó bajo su control lo que de momento yo no podía dejar. Y su Poder me hizo libre.

cmarting97@gmail.com

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