Sergio Padilla Moreno
Durante el siglo XX, diversos países del continente americano dieron al mundo importantes compositores que ocupan un lugar significativo en la historia del género; esto sin dejar de mencionar la gran cantidad de músicos que han destacado por su maestría como ejecutantes de diversos instrumentos, directores de orquesta o por su calidad como cantantes en el ámbito de la ópera, como Claudio Arrau, Martha Argerich, Daniel Baremboim, Javier Camarena, Juan Diego Flórez, Gustavo Dudamel y Leonard Bernstein, por mencionar sólo a algunos.
Nuestros ritmos
Si nos enfocamos al campo de los compositores nacidos en el continente, la primera mitad del siglo pasado quedó marcada por músicos que fusionaron los criterios estético-musicales vigentes en Europa con los sonidos propios de estas tierras; es así que la música surgida de su inspiración adoptó los estilos propios, entre otros, del blues, el jazz, el tango y los ritmos de las ricas tradiciones de música folclórica e indígena propias del continente. En la segunda mitad del siglo XX es destacada la aportación de los compositores de América en la búsqueda de nuevos lenguajes y texturas musicales.
Estados Unidos. La historia reconocerá al estadunidense George Gershwin (1898-1937) como uno de los más grandes compositores del siglo XX. Sus obras más conocidas son la Rhapsody in Blue, la pieza sinfónica Un americano en París, el Concierto para piano en Fa y la ópera Porgy and Bess, composiciones en las que el músico logró amalgamar de manera magistral los valores propios de la música sinfónica con los ritmos del blues, el jazz y la música negra estadunidense.
México. En los últimos años, la programación del Danzón Núm. 2 del sonorense Arturo Márquez (1950) ha sido un hecho constante en los conciertos y grabaciones de las orquestas sinfónicas de México y de varias orquestas del mundo; esto hace que Márquez sea uno de los compositores mexicanos más reconocidos en la actualidad. La obra en cuestión forma parte de una colección de composiciones en las que explora magistralmente las posibilidades de amalgamar la música sinfónica con el famoso ritmo de origen cubano.
Argentina. El compositor Alberto Ginastera (1916-1983) legó a la historia de la música una vasta lista de obras, que abarca óperas, conciertos, además de música de cámara, para cine y ballet. Sus obras se adentran en las búsquedas estilísticas del modernismo musical de la segunda mitad del siglo XX, pero sin dejar, en repetidas ocasiones, de retomar los sonidos propios del folclor argentino. Entre sus obras más famosas destacan las danzas del ballet Estancia, compuesto en 1941.
Brasil. Cerramos nuestro recuento con Heitor Villa-Lobos (1887-1959), quien a lo largo de su prolija inspiración dejó un catálogo de obras en todos los géneros. Como muchos de los músicos del continente, Villa-Lobos recoge en su obra el sentido profundo de los variados sonidos de su tierra. Su obra más representativa son las nueve Bachianas brasileiras, donde amalgamó, con diversos recursos musicales, el estilo barroco de Bach con el folclor brasileño.
El autor es académico del ITESO, Universidad Jesuita de Guadalajara – padilla@iteso.mx
Arturo Márquez – Danzón No. 2 (Alondra de la Parra & La Orquesta de París)