«Ojos hay soñadores y profundos que nos abren lejanas perspectivas; ojos cuyas miradas pensativas nos llevan a otros cielos y a otros mundos» (Antonio Gómez Restrepo).
Por: Diácono Luis Enrique Alejos Jiménez
La expresión artística sobre los Misterios celebrados durante la Semana Mayor no solo debe ser contemplada como una escena ajena a nosotros o un recuerdo perpetuado en el arte. Este tipo de manifestaciones artísticas tiene por fin el contemplar e insertarnos a nosotros mismos en el Misterio.
Pero, ¿Qué es el Misterio? El Misterio es una realidad que nos abarca. Y en este punto, más que hablar de teólogos como Rahner, podemos tomar los ejemplos de Lovecraft y Poe, los cuales nos muestran en sus escritos que el misterio abarca todo nuestro ser, nuestra interioridad y exterioridad, nuestro entorno y las relaciones que tenemos con él, nuestro prójimo y las relaciones que tenemos con él, Dios y las relaciones que tenemos con Él.
Los artistas buscan que nosotros penetremos en el Misterio que nos abarca, que nos comprende e interpela insertándonos en la escena mediante la contemplación de la obra, nos invitan, por medio de los valores estéticos, a ponernos frente a ella y, en un cierto punto formar parte de ella a causa del Misterio que representa, la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo.
¿Quién de nosotros no ha contemplado maravillado la Piedad de Miguel Ángel? ¿Quién no ha llorado al contemplar estos Misterios mediante el Romancero de la Vía Dolorosa de Fr´Asinello? ¿Quién no se ha identificado con alguno de los apóstoles a la mesa en La Última Cena de Leonardo Da Vinci? ¿Quién no a contemplado en silencio y con reverencia el Cristo de Velázquez?
Si no lo has hecho… qué esperas… contempla el misterio a partir de las obras de arte que si bien, poseen un mensaje propio del autor al contemplar el Misterio, podremos darnos cuenta que al acercarnos nosotros a estas obras e informarnos sobre el origen e historia de las mismas, que, al encuentro de dos mentes, contemplador y artista, dos subjetividades, se obtiene por resultado una mayor riqueza, una objetividad.
Este artículo, más que informativo busca invitarte a contemplar el Misterio que estamos celebrando a la luz de los poetas del tiempo, aquellos que han explicado mediante el arte lo que a los hombres les cuesta con el límite de su prosa, un verdadero Evangelio artístico.
Culmino compartiendo una poesía de autoría propia de la tercera estación del Viacrucis que invita a contemplar este misterio:
Romántico Viático/ Tercera estación
Jesús cae por primera vez
Seré las piedras y el suelo,
seré los astros y el cielo.
Seré yo la sombra y la luz,
seré la corona y la Cruz.
Seré por ti lo más bajo…
de tu verdugo un gargajo.
Seré la rosa y la espina.
Soy camino, soy la cima.
Con tal de que yo a su tiempo
bese tu Sagrado Cuerpo,
convirtiéndome así en viento…
al fundirme con tu aliento.