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SERGIO PADILLA MORENO

Desde hace unos días, en conocida plataforma de streaming, se puede acceder a un documental que nos provoca tal fascinación por la magnitud e inconmensurabilidad de la información que presenta. Estamos hablando de Lo desconocido: la máquina del tiempo cósmica, que narra la historia del Telescopio Espacial James Webb, desde su creación hasta su lanzamiento, pero hacia el final se presentan las primeras imágenes del espacio profundo que captó esta maravilla de la tecnología que nos dejan sin aliento, porque estamos viendo la historia del cosmos. Esta primera imagen se presentó públicamente el 11 de julio del año 2022 y ahí se explica que el telescopio se enfocó a una región del espacio ya explorada por el telescopio Hubble y en donde, aparentemente, no había nada, solamente un pequeño espacio oscuro; pero en la imagen se reveló que en ese pequeño espacio se podían observar poco más de siete mil galaxias, siendo la más antigua de unos 13,100 millones de años.
En el documental se da cuenta de la cantidad de personas que tuvieron que concurrir por varios años para el desarrollo de una de las maravillas más avanzadas de la tecnología humana, quienes enfrentaron los más complejos problemas y riesgos de fracaso. En el desarrollo, construcción y puesta en órbita del telescopio se necesitó la concertación del esfuerzo de personas de varios países, por lo que es importante lo que dice en el documental la Dr. Amber Straughn, astrofísica de la NASA, cuando, en medio de su emoción al ver la primera imagen, declaró: “es sobrecogedor, es un poco abrumador, creo que es un gran ejemplo de lo que los humanos podemos hacer cuando trabajamos juntos por algo bueno. Hay mucho mal en el mundo son tiempos difíciles, y esto es bueno; creo que es como un rayo de luz en lo que podríamos considerar tiempos oscuros, estoy segura.”
Desde la perspectiva de la fe, las imágenes que nos va revelando el telescopio de la vastedad del universo nos hace recordar estos hondos versos del Salmo 8: “¡Señor, dueño nuestro qué admirable eres tú en toda la tierra! … Cuando contemplo el cielo, obra de tus manos, la luna y las estrellas que has creado ¿qué es el hombre para que te acuerdes de él, el ser humano para que te ocupes de él?”
O también algunos versos del bello Salmo 19 (18): “El cielo proclama la gloria de Dios, el firmamento pregona la obra de sus manos; el día le pasa el mensaje al día, la noche se lo susurra a la noche. Sin que hablen, sin que pronuncien, sin que resuene su voz, a toda la tierra alcanza su pregón y hasta los límites del orbe su lenguaje”.

Ante las maravillas del universo, no queda sino buscar, con la ayuda del Espíritu Santo, el desarrollo de nuestra capacidad de admiración contemplativa: “¿Quién conocerá tu designio, si tú no le das la sabiduría enviando tu espíritu desde el cielo?” (Sabiduría 9, 17).

El autor es académico del
ITESO, Universidad Jesuita de Guadalajara –
padilla@iteso.mx
Impresionantes Imágenes de James Webb hacen llorar a físicos
https://www.youtube.com/watch?v=vo3uaModUpI

@arquimedios_gdl

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