Román Ramírez Carrillo
En una viñeta del comic Mafalda, ella expresa:
- “Me parte el alma ver gente pobre”. Y acto seguido le argumenta a Susanita que había que dar techo, protección y bienestar a los pobres.
- “Para qué tanto, bastaría con esconderlos”, le replica Susanita
Cuando Mafalda habla con Susanita sobre los necesitados, trata de convencer a la niña de lo mismo que nos explica la encíclica Fratelli tutti del Papa Francisco: «Somos analfabetos en acompañar, cuidar y sostener a los más frágiles y débiles de nuestras sociedades desarrolladas. Nos acostumbramos a mirar para el costado, a pasar de lado, a ignorar las situaciones hasta que estas nos golpean directamente». ´
La experiencia de compartir
En la Jornada Mundial de la pobreza de este año, el Papa Francisco insiste que el encuentro con una persona en condición de pobreza siempre provoca e interroga. ¿Cómo podemos ayudar a eliminar o al menos aliviar su marginación y sufrimiento?
“La comunidad está llamada a involucrarse en esta experiencia de compartir, con la conciencia de que no le está permitido delegarla a otros. Y para apoyar a los pobres es fundamental vivir la pobreza evangélica en primera persona. No podemos sentirnos ‘bien’ cuando un miembro de la familia humana es dejado al margen y se convierte en una sombra”.
Los resultados catastróficos de modelos excluyentes, tanto de quienes creen todavía en la mano invisible del mercado como fiel de la balanza, como de quienes creen en un estatismo con diversos matices, desde el populismo, hasta otras variantes que sólo traen la generación de más pobreza. Lo que obliga a una redefinición del concepto de bien común y de impulsar un diálogo sólido entre la política y la economía, de modo que ambas estén al servicio de la persona humana.
3 Reflexiones para superar la polarización entre las clases sociales en México:
- El tiempo de los pobres por el bien de todos, es una coincidencia de la mayoría de los mexicanos en general. El cómo resolver el problema de la pobreza nos sigue enfrentando como sociedad.
- Los impulsores del proyecto del Estado para combatir la pobreza señalan la necesidad de elevar el poder adquisitivo de los grupos más desprotegidos mediante transferencias económicas; aumentando el salario mínimo; combatiendo la evasión fiscal de los sectores privilegiados; cambiar la legislación sindical en perjuicio de los líderes charros, que siempre tomaron a los pobres como carne sindical; erradicando también los contratos que beneficiaban a los grandes empresarios y combatir la corrupción en la administración pública, etc.
- Para un sector de la población el Presidente describe un país que a juicio de sus adversarios sólo existe en su cabeza, como por ejemplo el sistema de salud de México, como el de Dinamarca, y en esta discusión se enfrentan dos universos paralelos sin puentes para entenderse entre sí, y pareciera que el concepto de pobreza nos polariza más, debido al manejo ideológico de los pobres por los distintos grupos políticos y de poder.
¿Qué debemos hacer como cristianos?
El grito silencioso de tantos pobres debe encontrar al pueblo de Dios en primera línea, siempre y en todas partes, para darles voz, defenderlos y solidarizarse con ellos ante tanta hipocresía y tantas promesas incumplidas, e invitarlos a participar en la vida de la comunidad, según lo señala la papa Francisco.
La Iglesia, como parte de la sociedad civil, urge a la sociedad para que llegue el tiempo de la concordia, que ya no se ignore indefinidamente ni a la parte más necesitada, ni a la otra parte más próspera, y que, tras los cambios, habrá que recomponer, restañar heridas y restablecer el tejido sano. Una parte de la sociedad percibe por fin que algo se mueve para los que mucho tiempo habían sido ignorados, pero aún es insuficiente.