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Desarrollo Espiritual,

VI DOMINGO, Ciclo A, 16 de Febrero de 2020.

Jesús nos enseña a comprometernos más allá de la ley

Pbro. Sergio Arturo Gómez M. / Pbro. J. Jesús Suárez Arellano

¿QUÉ NOS DICE DIOS EN ESTE DOMINGO?

Sirácide (Eclesiástico) 15, 16-21: Dios le da a escoger al pueblo entre obedecerlo y tener la vida y desobedecerlo y morir…

Salmo 118: Es dichoso quien cumple la voluntad del Señor y guarda sus preceptos, ya que los mandamientos nos guían por caminos seguros hacia la plenitud de la vida y la dicha…

1 Corintios 2, 6-10: Existe una sabiduría que Dios tenía preparada desde antes de los siglos y que Él está revelando a sus elegidos…

Mateo 5, 17-37: Jesús nos invita a ir más allá de los mandamientos para buscar la voluntad de Dios y el bien de los demás: Él ha venido para dar plenitud a la ley, incluso quiere que sus seguidores seamos más “justos” que los escribas y los fariseos… Nos propone una nueva manera de cumplir los antiguos mandamientos teniendo en cuenta que, si queremos tener una buena relación con Dios, hemos de estar bien primero con nuestros hermanos…

REFLEXIONEMOS JUNTOS:

Al leer los Evangelios nos puede quedar la idea de que Jesús quebrantaba deliberadamente todas las leyes del Antiguo Testamento, que no las respetaba y que invitaba a sus discípulos a quebrantarlas también… Pero, hoy nos desconcierta en el pasaje que nos presenta San Mateo: Jesús no viene a abolir la antigua ley, sino que quiere que cumplamos con estos preceptos de forma más estricta que los más practicantes del pueblo, y que lo hagamos con un mayor compromiso con Dios y con nuestros prójimos… ¿A qué se refiere exactamente Jesús?

Hoy, la Liturgia de la Palabra nos invita a meditar en el sentido profundo de la ley de Dios y en las consecuencias de nuestras elecciones… Jesús quiere que profundicemos en cuál es el significado de la obediencia y cómo podemos procurar mejor el bien de nuestros hermanos… En este proceso descubriremos la función de la ley, le daremos más sentido a nuestra vida cristiana y construiremos, junto con nuestros hermanos, su Reino…

Nosotros tenemos que madurar en relación a la ley:

•      La libertad del ser humano: A veces sentimos un temor que no nos deja elegir con tranquilidad… Ese temor es bueno porque nos ayuda a pensar bien las cosas, a tomar mejores decisiones y a madurar.  Pongamos un sencillo ejemplo, si a un niño le damos a elegir entre varias monedas y billetes de diferentes denominaciones, puede ser que elija no por el valor económico, sino por el tamaño, las figuras, el brillo o el peso.  Con el tiempo, el niño aprenderá a tomar buenas decisiones en materia económica… El camino de aprender a elegir lo mejor para nosotros es doloroso en algunas ocasiones, pues lo que creíamos como un valor, de pronto descubrimos que ya no lo es, incluso, a veces, necesitamos equivocarnos para aprender e ir modificando y ajustando nuestros criterios internos; necesitamos meditar para poder avanzar en nuestro proceso de madurez… Casi siempre vamos experimentando por ensayo y error, pero tenemos que estar atentos para retroalimentarnos y aprender de las equivocaciones…

Debemos aprender y corregir nuestras equivocaciones.

Nos toca aprender progresivamente, pero, a veces, no aprendemos o las circunstancias cambian… Por eso debemos seguir eligiendo… mientras estemos vivos…

•      Nuestra realidad ante la ley: Muchos tenemos la experiencia de una ley dura y distante, difícil de entender y que no nos proporciona vida… Por eso, ante la sola mención de la palabra “ley” ya tenemos reacciones negativas… Otros se sienten marginalizados por la ley porque les parece injusta y la rechazan por no percibir nada bueno en ella…

Mientras una buena parte de la sociedad va relegando las leyes y piensa que con eso conquista mayor autonomía, los gobiernos y otras instituciones inventan e imponen nuevas leyes y “letras pequeñas” en los contratos…

Vivimos en un mundo en el que las leyes se imponen por temor al castigo, pero que no explica su sentido y no parece contribuir para que vida de las personas sea más plena cada día…

A algunas personas les pasa lo mismo con las normas religiosas…

¿Hace falta dentro de mí algo que me ayude a percibir la bondad de la ley y su sentido de crecimiento?

•      Jesús nos enseña el sentido y la plenitud de la ley: Jesús nos enseña a reflexionar para encontrarle a la ley su sentido más profundo y positivo…

La ley nos orienta en el camino del crecimiento.  Por ejemplo: Un mandamiento me dice que vaya a Misa los domingos y algunas otras fiestas especiales… Pero, no crezco simplemente por ir a Misa y estar ahí enfadado y distraído, sino por ir a participar activamente: cantando, reflexionando, aprendiendo, conviviendo, etc. Como esta ley hay muchas otras que pretenden ayudarnos y protegernos pero que necesitamos descubrir su sentido y utilidad… Necesitamos quitarnos prejuicios y obedecerlas libremente…

•      Llegar a ser adultos en plenitud: S. Pablo nos invita a descubrir que la sabiduría del mundo es tramposa y nos lleva a sabotear la ley de Dios, a veces, el mundo impide nuestro crecimiento y nos hace actuar con dolo… En cambio, la sabiduría de Dios es la que me puede ayudar a convertirme en “adulto en la fe”, es decir, a llegar a la plenitud…

Entonces, ¿quién logra comprender y cumplir lo que nos enseña Jesús y quién no lo logra?

•      Logran llegar a la madurez espiritual quienes cultivan un corazón bueno y una mente abierta para dejarse llevar por el Espíritu… Necesitamos reflexionar para descubrir el sentido último de las cosas… como quien quiere ver el fondo y más allá de las apariencias… Necesito desarrollar una mirada profunda para descubrir pistas de verdadera Salvación donde parece que se encuentran escondidas… Necesitamos aceptar la protección que ciertas leyes nos brindan para llegar a ser lo que Dios espera…

•      No logran la plenitud quienes sabotean la ley de Dios… Los escribas y los fariseos, que acusan a Jesús de no cumplirla, son quienes realmente no la cumplen, pues se quedan con el cumplimiento externo y buscan el poder y el control sobre sus hermanos…

¿Cómo el enfoque nuevo que le da Jesús al cumplimiento de la ley mejora mi relación con Dios, con mi familia y con mis prójimos?

PARA QUE TE ENCUENTRES CON DIOS, TE PROPONEMOS LOS SIGUIENTES EJERCICIOS PARA LA SEMANA:

1.     Procura responder por escrito y abundantemente:

¿Cuál es para mí el sentido de la ley?

¿Qué leyes me protegen y protegen a los demás?

2.     Esta semana, en tu oración, pide a tu amigo Jesús que te haga experimentar un gran amor hacia Él y, sobre todo, un amor incondicional hacia tus prójimos… Porque, si amas de verdad, serás capaz de trascender lo que las leyes te piden para servirlo a Él y promover y proteger a tus hermanos…

(Si esta ficha te ayuda, compártela)

Esta ficha, así como las de los domingos anteriores, la puedes encontrar en arquimedios.org.mx, pestaña de “formación” y “desarrollo espiritual”.

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