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Desarrollo Espiritual,

XXXII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO, Ciclo C, 10 de Noviembre de 2019.

Dios da sentido a nuestra vida

Pbro. J. Jesús Suárez Arellano / Pbro. Sergio Arturo Gómez M.

¿QUÉ NOS DICE DIOS EN ESTE DOMINGO?

2 Macabeos 7, 1-2. 9-14:  Hoy se nos cuenta una cruda historia sobre la captura y el martirio de una madre y sus siete hijos… Ellos nos dan ejemplo de cómo la fe en la resurrección fortalece; ellos estaban seguros de que Dios los resucitaría y restauraría sus cuerpos torturados, por eso son capaces de desapegarse hasta de sus propios miembros y de la vida con tal de permanecer fieles a Dios…

Salmo 16: A quienes caminan por las sendas del Señor sin extraviarse, Él los protege y da cobijo y promete que verán su rostro y se saciarán de su presencia en la vida eterna…

2 Tesalonicenses 2 ,16 – 3, 5: San Pablo nos anima a amar a Dios y a esperar la venida de Cristo, sin desfallecer, a pesar de las dificultades personales y de la da oposición de la gente insolente y malvada…

Lucas 20, 27-38: Los saduceos no creían en la resurrección y trataban de ridiculizar la fe en ella… Se acercan a Jesús y le hacen una pregunta bastante elaborada, Él afirma que sí existe la vida eterna y que los resucitados ya no vivirán como en este mundo, sino que serán como ángeles e hijos de Dios…

REFLEXIONEMOS JUNTOS:

La narración que se nos presenta hoy en el Evangelio se sitúa en la última semana de la vida de Jesús, está teniendo enfrentamientos con los líderes del pueblo: los fariseos, los saduceos y los escribas… Aquí se nos cuenta la discusión con los saduceos, ellos pertenecían a la clase social alta y estaban ligados al poder religioso y político, su materialismo los había llevado a negar la resurrección… Basándose en una antigua ley del levítico, quieren ridiculizar a Jesús con un caso bastante teórico e improbable… El Maestro, como tantas veces, no responde a lo que le preguntan, sino que va a lo esencial y les presenta un concepto nuevo de Dios y del ser humano: Afirma que sí existe la resurrección y que Dios es un Dios de vivos, para Él todos estamos vivos… Esto implica que hay que defender su vida integralmente: material y espiritual, terrena y eterna…

Algunos dicen que creer en la vida eterna tiene beneficios prácticos, por ejemplo: hacer más llevadera y alegre la vida presente, hacer que enfrentemos los problemas y las pruebas de la vida y la fe con mayor valor, hacer que le dejemos de temer a la muerte física (la propia y la ajena)… Pero a mí, ¿para qué me sirve creer en la resurrección?

A nosotros nos toca vivir en una sociedad materialista, consumista y hedonista que nos arrastra y que nos envuelve de tal manera que NO ALCANZAMOS A DESCUBRIR EL VERDADERO SENTIDO DE NUESTRA VIDA

Es triste y grotesco que cuando tocamos fondo por la tristeza y el sufrimiento ante las pérdidas, o cuando estamos ebrios o drogados hablamos de temas muy profundos para buscar desahogo… la conciencia nos grita en estos momentos de profunda soledad… Hay angustias en todos nosotros que necesitan ser resueltas; todos sabemos que necesitamos darle sentido a nuestra vida, para el presente y para el más allá, respondiendo a preguntas existenciales: “¿Quién soy? ¿A dónde voy? ¿Existe Dios? Y, si existe, ¿es bueno? ¿Es cierto lo que dice la Iglesia?” …Si no se responden estas preguntas, viviremos a medias, creeremos a medias, y, al no tener claridad en nuestra fe, careceremos de un soporte que nos ayude a caminar y a comprometernos en nuestra vida… Parece que si no alcanzamos a comprender el sentido del más allá tampoco comprenderemos el sentido del más acá…

Las Lecturas de hoy son una oportunidad para encontrar sentido a nuestra vida y explicación a nuestros sufrimientos, a la muerte de nuestros amigos y familiares, a nuestra muerte… Hay gente que ya entendió, como los macabeos, el salmista o Pablo… y hay gente cínica y materialista, como los saduceos… Yo, ¿en cuál grupo me coloco?

Nuestra cultura actual ya no valora el hecho de consagrar la vida a algún fin noble y difícil o de ser capaz de morir por un ideal; ya no se nos enseña a valorar el heroísmo o la santidad… Parece que hemos perdido el horizonte de lo trascendente; nos hemos vuelto cortos de miras, manipulables para comprar todo, acríticos… ¿Qué consecuencias puedo percibir de estas ideas? ¿He caído en alguno de los “ideales” del mundo, tales como, conseguir la popularidad por medio de la tecnología, obtener likes, captar seguidores, comprar lo último de la moda, etc.?

Algunos opinan que la presencia de Dios en nuestras vidas nos resta libertad

Algunos piensan que vivimos anclados a un “presentismo” que nos impide recordar el pasado con gratitud y programar el futuro terreno y eterno… Que parecemos zombis programados por responder a intereses de unos cuantos manipuladores… ¿Será verdad?

Otros opinan que la presencia de Dios en nuestras vidas nos resta libertad y, por lo tanto, felicidad… pero, hay mucha dicha en seguir los caminos de Dios, en servir, en amar desinteresadamente a nuestros semejantes… ¿Permito que Dios rija mi vida?

Incluso, hay otros que piensan que en nuestros días ya ni es necesario desgastarse por negar o atacar la idea del cielo, sólo hay que ignorarlo; ya no se requiere gastar energías en discutir sobre la vida eterna, sólo hay que inundar la vida presente con cosas materiales… Por eso, para nosotros, como cristianos, es fundamental cultivar nuestra fe en que nuestro Señor Jesucristo resucitó de entre los muertos y vive para siempre y que, después de la muerte de nuestro cuerpo, nosotros, si nos hemos preparado,  también resucitaremos a una vida nueva y plena… Esto debe convertirnos en un pueblo optimista y trabajador porque le pertenecemos al Dios de la vida y, como esperamos un futuro infinito de felicidad, alegría y amor, comenzamos a construirlo y compartirlo desde el aquí y el ahora… ¿Le encuentro un sentido a la vida y a la muerte en lo que Dios me ha planteado hoy?

Nuestra fe en la resurrección es una consecuencia de nuestra confianza en que Dios es nuestro Abbá (Papá) amoroso… Si estamos convencidos de que nuestro Papá Dios nos ama, entonces confiaremos en que Él nos dará siempre lo mejor, incluso después de la muerte, y de que debemos parecernos a Él amando la vida en general, poniendo nuestra vida al servicio de la difusión de su Palabra y la construcción de su Reino y ayudando a nuestros hermanos a hacer lo mismo… Ayudando a nuestros hermanos con pequeños detalles cotidianos de servicio, amor y justicia que los impulsen más allá de los límites de esta vida terrena… ¿Será una tontería creer en el más allá? ¿Siento nostalgia y deseos de estar con Dios?

PARA QUE TE ENCUENTRES CON DIOS, DURANTE ESTA SEMANA, TE PROPONEMOS LOS SIGUIENTES EJERCICIOS:

1.     Haz una reflexión sobre tu propia muerte…

Si pienso en que me voy a morir, ¿qué cosas pierden importancia? ¿Qué asuntos revisten más importancia?

Teniendo en cuenta que voy a morir, ¿qué actividades debo hacer? ¿Cuáles deben ser los objetivos de mi vida?

Dicen que la propia muerte es buena consejera…

Mi vida terrenal y mi muerte son parte de un todo… y me pueden llevar a la vida eterna…

¿Qué has aprendido?

Comparte.

2.     Durante esta semana, en tu oración al Dios de vivos, pídele que te ayude a comprender más la vida eterna para que puedas darle más valor y sentido a cada momento de tu vida presente y a sembrar semillas de resurrección, obras y palabras que defiendan y promuevan la vida plena, en tu propia vida y la vida de quienes te rodean…

(Si esta ficha te ayuda, compártela)

Esta ficha, así como las de los domingos anteriores, la puedes encontrar en arquimediosgdl.org.mx, pestaña de “cultura y formación” y “desarrollo espiritual”.

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