Pbro. Juan Javier Padilla Cervantes
“¿Padre, le damos la bendición?, usted muchas veces nos la dio, ahora queremos dársela, y él asintió con la cabeza”; fue la petición que le hicieron sus feligreses, al Padre Carlos, recostado en una camilla, cuando se disponían los camilleros, a subirlo a la ambulancia para trasladarlo al hospital, debido a su delicado estado de salud. La ambulancia se retiró y los fieles permanecieron, en esa esquina, orando por él. “Nunca lo dejamos solo”, “se llevó nuestra bendición”, dijeron.
Este pasado 8 de diciembre, la familia, los fieles de la parroquia de Nuestra Señora de Huentitan, y la comunidad diocesana, recibieron la sensible noticia del fallecimiento del Padre Carlos Briseño Chávez. El Arzobipado de Guadalajara, a través de una circular, invitó “a los sacerdotes a celebrar la Santa Eucaristía en su favor, y a los fieles a tenerlo presente en sus oraciones”.
De San Carlos
El Padre Briseño nació en la ciudad de Guadalajara, Jalisco, el 16 de abril de 1950, en una familia de nueve hermanos. Fue su colonia y parroquia San Carlos Borromeo, en esta misma ciudad, de donde partió para ingresar al Seminario de Guadalajara al Curso Introductorio de Tapalpa el 11 de noviembre de 1963.
“Fue un compañero sencillo, sociable, deportista, de una espiritualidad muy maciza; parecía serio, pero fue muy bromista, nosotros le decíamos de cariño el ñengo, por flaco”, comentó el Padre Agustín Cortes.
“Recibimos la ordenación sacerdotal el 14 de mayo de 1978, en la Catedral de Guadalajara, juntos, un grupo de 10 sacerdotes, de manos del Señor Cardenal José Salazar López”.
Un acontecimiento que marcó su vida fue la visita a nuestra ciudad del Papa Juan Pablo II en el año de 1979, donde participó como uno de los ceremonieros en la Misa de la Basílica de Nuestra Señora de Zapopan.
Su ministerio sacerdotal
Entre otros, desarrolló gran parte de su ministerio sacerdotal, en la Parroquia de Nuestra Señora de Huentitán, 29 años, a la cual fue destinado el 2 de enero de 1991, por el Cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo. Emprendió la tarea de construir el templo y la comunidad. “Un hombre de Dios y mariano de corazón”, así lo describe Laura García, catequista de esta comunidad, “Se daba tiempo para su comunidad, fue muy empático y desprendido”.
María de Jesús Arellano, quien desde hace 30 años ha colaborado en la pastoral, manifestó que el Padre Carlos impulsó con mucho entusiasmo la devoción a la Imagen de Nuestra Señora de Huentitán, desde que la recibió de manos del Padre Fausto Pelayo; promovió las celebraciones tanto del 2 de febrero como la del 15 de agosto; un rito para cambiarle el vestido y las peregrinaciones con la Imagen, en sus fiestas.
“Fueron muchos los esfuerzos e ilusiones de nuestro párroco, como la formación de los agentes, el acompañamiento de los jóvenes, la atención en los edificios del INFONAVIT”, comento Herminia Ramírez, secretaria de la parroquia y colaboradora desde 1992.
Salud de los Enfermos
“Durante 22 años acompañó, como Asesor del Hospital Salud de los Enfermos, al equipo médico y sacerdotal -explicó el Padre Salvador Ortega, también miembro del equipo de este nosocomio-, se empeñó en mantener la mística del Hospital: caridad, comprensión y ayuda; el respeto a la vida y la familia; cuidó se mantuvieran los mejores servicios y precios para las personas. Fue muy allegado a los principios de la Iglesia. Promovió y buscó la amistad en médicos y sacerdotes”.
Está con Dios
“Con tristeza y resignación recibimos la noticia de la muerte de nuestro Párroco, somos una familia grandota, nos conforta saber que está con Dios”, comentó José María González, organista en esta parroquia.
Familia, sacerdotes y comunidad se unieron en oración para pedir por el eterno descanso del Padre Carlos, en distintas celebraciones eucarísticas, tanto en la parroquia de San Carlos el 9 y 16 de diciembre, presidida ésta última por Mons. Juan Humberto Gutiérrez, así como en Nuestra Señora de Huentitán el 10 de diciembre.
Sus cenizas descansan junto a los restos de sus padres, en el Panteón Recinto de la Paz en Guadalajara.
Destinos y cargos
-Hostotipaquillo, Jal., Vicario cooperador
-San José, Ocotlán, Vicario cooperado
-Moyahua, Zacatecas, Párroco
-Seminario de Guadalajara (10 años), Profesor, Secretario, Director Espiritual y Capellán; así como Capellán de las Franciscanas de Jesús Crucificado, de la Maternidad Catalina, y de la Comunidad del Rodeo.
-Parroquia de Nuestra Señora de Huentitán, primer párroco
-Integrante del Equipo de Asesores de Servicios Médicos Integrales
-Director del Hospital Salud de los Enfermos
Fuente: Arzobispado de Guadalajara, Circular 42/2020