Marcela Szymanski*
Llegaron dos años después. Escapando del infierno de la persecución en Pakistán, finalmente la familia de Shahbaz está con él en Bélgica. Ese abrazo en el aeropuerto, después de años de angustia y separación, es la mejor de las imágenes que veré en mi vida.
Los persiguieron a todos, los cristianos de su pueblo tuvieron que salir huyendo luego de la amenaza del Imam de querer atacarlos. El tío de Shahbaz, es sacerdote y había osado oficiar el matrimonio de una musulmana con un cristiano, por ello el Imam llamó a todos los hombres musulmanes a “tomar” a las mujeres y niñas cristianas como “esposas” y terminar con la expansión de “esos engendros del demonio que siguen a Jesucristo”. Un auténtico acto de genocidio, además de crimen penalizado que las autoridades acostumbran ignorar.
No acababa de dar el anuncio cuando Shahbaz montó al coche a su esposa, sus hermanas y todos los hijos pequeños, para huir hacia la siguiente población, donde él tenía una casita. Poco les duró la paz, al día siguiente el Imam clamaba la sangre de Shahbaz por haberlos hospedado y también la de todos cuantos hubieran puesto pie en su propiedad “impura”.
Shahbaz envió a las mujeres y niños con las hermanas a esconderse en el convento cercano, y él distrajo a los enardecidos, subió al coche y desapareció. Logró llevarse documentos, otros los mandó hacer. Compró un vuelo de medianoche hacia Abu Dhabi y enseguida otro hacia Bruselas, en donde se identificó como solicitante de asilo, mostrando cartas emitidas por líderes cristianos implorando misericordia.
Shahbaz llegó solo en el 2017 a Bruselas, las autoridades recogieron sus papeles y lo enviaron a un centro de procesamiento desde donde se comunicó con sus familiares en Roma para solicitar un abogado. Su cuñado Shaheed, me llamó para pedir consejo.
Soy abogada de migración, por lo que conozco el proceso para dichos casos. Preparamos a Shahbaz para las entrevistas con las autoridades y abrimos su expediente. Todos los solicitantes tienen derecho a un intérprete del idioma que les acomode mejor, en este caso el farsi. En la segunda audiencia, clave, notamos un cambio en la transcripción. En efecto, Shahbaz hablaba en inglés con nosotros, y en farsi durante las entrevistas, el intérprete traducía a neerlandés y los documentos se establecían en francés. Shahbaz no tenía manera de saber qué había dicho el intérprete, pero nosotros sí. Al notar que la historia que el intérprete había oído de Shahbaz en inglés nada tenía que ver con ese texto en francés, instruimos a Shahbaz para exigir un segundo intérprete que hablara inglés. Ahí se verificó que en elementos cruciales para el expediente el intérprete había alterado de tal forma la declaración que teníamos a Shahbaz diciendo que su vida no estaba en peligro, lo cual garantizaría un rechazo a su solicitud.
El fraude por intérprete no es cosa nueva. Para estos personajes, muy seguido musulmanes, es natural el impedir el bien hacia un cristiano. Introdujimos una queja judicial contra el intérprete y el expediente continuó el proceso. Con mucha oración y preparación, su solicitud fue aceptada y de inmediato se procedió a solicitar la reunificación familiar.
A Shahbaz se le pidieron pruebas del peligro contra su familia y sólo encontraba fotos de su esposa y sus hijos sentados en el patio del convento. “No se ven exactamente en peligro”, se burló el funcionario, así que nos dedicamos a conseguir fotos de los conventos vistos del exterior, auténticas fortalezas ante las amenazas cotidianas que sufren.
Dos 2 años tras aquella famosa boda prohibida, vimos abrirse las puertas de “Llegadas” en el aeropuerto en Bruselas, los pequeñitos saltan al cuello de su padre. Logramos que la familia de Shahbaz tuviera asilo en este país. Todo está olvidado. La familia está junta de nuevo luego de vivir esta horrorosa situación de persecución.
*Relaciones Internacionales de ACN-Internacional