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DOMINGO DE LA DIVINA MISERICORDIA. La Presencia de Jesús resucitado en mi comunidad me da valor para ser su enviado

Desarrollo Espiritual,

II DOMINGO DE PASCUA, Ciclo A, 19 de Abril de 2020.

JESÚS, SE REVELA EN LA COMUNIDAD

(¿Cómo la presencia de Jesús resucitado, me da valor para ser su enviado?)

Pbro. Sergio Arturo Gómez M. / Pbro. J. Jesús Suárez Arellano

¿QUÉ NOS DICE DIOS EN ESTE DOMINGO?

Hechos 2, 42-47: San Lucas describe cómo los primeros cristianos se esforzaban por ser una comunidad en la que oraban juntos, compartían la eucaristía, se preocupaban y ayudaban a los necesitados entre ellos, daban testimonio…

Salmo 117: El Señor es misericordioso, nos ayuda en las dificultades, nos da fuerza y energía, nos salva…

1 Pedro 1, 3-9: Dios, por medio de la resurrección de Cristo, nos protege, regenera nuestra esperanza de recibir una herencia en los cielos y nos salva… Y nos alegramos, aún en medio de las pruebas que purifican nuestra fe hasta que lleguemos a la salvación.

Juan 20, 19-31: Los discípulos están encerrados con miedo a los judíos, Jesús les trae paz y los envía a ser sus testigos… El apóstol Tomás, aunque le contaron su experiencia, no pudo creer hasta que, reunido con los otros apóstoles, vio al Señor Resucitado y fue invitado por Él a tener fe…

REFLEXIONEMOS:

En el Evangelio de hoy descubrimos a un grupo de discípulos llenos de miedo y paralizados pues se sienten perseguidos, no tienen objetivos, están a la defensiva y encerrados, nadie entra y algunos se alejan de esta comunidad desanimada… Sin la presencia de Jesús en medio de ellos no se sienten completamente vivos, “está anocheciendo” en su corazón… Ya les han contado que Jesús resucitó, pero, no lo han experimentado… ¿Mi comunidad familiar, grupal o parroquial ha estado así algunas veces?

Fue necesario que Jesús se presentara en medio de ellos y les trajera su “paz”, que los sacara de su letargo y les infundiera valor… Dice el texto que era “el primer día de la semana”, esta frase indica que se va a realizar una nueva creación, por eso “sopla” sobre ellos y les comunica su Espíritu… ¿En qué momentos de mi vida he experimentado la paz de Jesús en medio de mis dificultades? ¿Cómo es que Jesús me va transformando?

Sin la experiencia y la conciencia de la presencia de Jesús Vivo en medio de su comunidad no podrían haberse transformado en los testigos capaces de desgastar y dar su vida anunciando su estilo de vivir y su doctrina… Por eso, una vez los ha confortado y llenado de confianza, los envía como el Padre lo ha enviado a Él¿A quiénes y a qué me envía el Señor?

Los discípulos comienzan a animarse unos a otros transmitiéndose la noticia más importante de todas es: “Hemos visto al Señor”… Así se lo dicen a Tomás y a otros, sin duda… Pero Tomás quería cerciorarse él mismo con sus sentidos.  La fe de Tomás y la nuestra se confirma al ver y tocar las llagas de Jesús Resucitado… ¿Cuáles son las llagas de Jesús Resucitado que me demuestran que Él sigue entre nosotros?

Es en la comunidad donde Jesús está presente… Se les manifiesta cada ocho días (como a nosotros en la misa dominical).  ¿Cómo me doy cuenta de que Jesús se sigue haciendo presente en medio de mi familia, de mi grupo, de mi parroquia y me anima, me transforma y me envía?

Es importante subrayar que Tomás, por estar ausente de la comunidad, no tuvo la experiencia de Jesús resucitado… Cuando regresa es cuando comienza a tener noticia de que Jesús ha estado en medio de ellos y, luego, lo ve, lo toca, lo experimenta… Hoy nosotros hemos de creer sin tener la experiencia sensorial de ver y tocar, sino experimentándolo en la comunidad de los creyentes… Se nos invita a tener esta fe que nos hará sentir dichosos y confiados.  Pero, esta fe sólo se puede desarrollar personalmente en el interior de una comunidad de creyentes; junto con otros podremos no sólo aprender doctrinas sobre Jesús, sino experimentarlo y reconocerlo como nuestro Dios y Señor para poder trascender nuestras limitaciones, alcanzar nuestra propia plenitud y manifestarla a través del amor a nuestros hermanos… ¿Cómo voy en este proceso?

Sabemos, por las ciencias humanas y por nuestra experiencia de vida, que somos seres sociales, que desarrollamos nuestra individualidad en medio de una comunidad que nos apoya y nos marca y a la que debemos también contribuir… Hoy, se nos invita a formar nuestra conciencia social, es decir, a que seamos capaces de pasar del yo al nosotros; quien pertenece a una comunidad ha de cuidarla y desvelarse por ella… Hemos de encontrar un sano equilibrio entre el bienestar personal y la solidaridad con los demás… Por eso, nos conviene promover experiencias que nos hagan sentirnos parte de una sociedad y miembros de un solo cuerpo… También es necesario promover la espiritualidad de comunión… ¿De qué grupos y comunidades me siento parte? ¿Cómo me doy cuenta que los cristianos de mi iglesia son un regalo para mí?

Dentro de cada uno de nosotros parece darse una lucha en la que encontramos, por un lado, tendencias individualistas que buscan la realización de la propia identidad aún a costa de sacrificar el bien común, y, por otro lado, la tendencia opuesta, con milenios de antigüedad, que ha llevado a los seres humanos a organizarse en grupo, a crear cultura, a inventar formas de expresarse, desarrollarse y cuidarse mutuamente… ¿Qué valoro más, mi ego o los logros de mi comunidad?

Esta lucha se da también en el campo religioso y espiritual, algunos buscan a Dios y su santificación junto con otros hermanos y otros busca la perfección aislándose de todos… La Palabra de hoy nos invita a crear y cuidar una comunidad de creyentes en la que nos sintamos también cuidados… Esta comunidad nos hará descubrir no sólo bondades y conveniencias de vivir y convivir con otros, sino encontrar al mismo Dios en nuestros prójimos, un Dios Vivo y resucitador que nos educa, nos forma, nos moldea y nos desafía a crecer constantemente.  Así parece haberlo entendido y practicado la iglesia primitiva; así vivían sus pequeñas comunidades… ¿En qué se nota si tengo una espiritualidad egoísta o comunitaria?

La mayoría de nosotros tuvimos la experiencia de haber crecido en familias que nos enseñaron a salir del individualismo, a atender las necesidades de los otros, a respetar y valorar la riqueza de cada uno y a poner nuestras cualidades originales al servicio del bien común, ahora es necesario que hagamos lo mismo en los grupos en los que nos involucramos y en la sociedad y la Iglesia en general… ¿Cuento con las herramientas necesarias para vivir y crecer en comunidad?

Vivimos tiempos difíciles que exigen que pensemos en el bien del otro antes que en el nuestro… Muchas veces, como en estos días de la pandemia de Covid-19, hemos de cuidar a los otros y, de esta manera, nos estamos cuidando a nosotros mismos y hemos de cuidarnos a nosotros para cuidar y proteger a nuestros hermanos, especialmente los más vulnerables… En una comunidad así encontraremos al resucitado y promoveremos la resurrección… ¿Encuentro el fundamento en las lecturas de hoy para estos comportamientos?

TE PROPONEMOS LOS SIGUIENTES EJERCICIOS PARA QUE TE ENCUENTRES CON DIOS DURANTE LA SEMANA:

1.     Haz una revisión de qué tan individualista o comunitario eres:

•      Recuerda las veces en que has jugado o trabajado en algún equipo…

¿Contribuyo a que mi equipo avance y/o gané en su conjunto o me empeño en “brillar” yo solo?

¿Valoro y apoyo las buenas ideas y “jugadas” de los demás o solo las mías o las de mis más cercanos?

•      Obsérvate a ti mismo más allá de los juegos de equipo…

¿Valoro las “jugadas” y las “aportaciones” del equipo contrario o los demás equipos?

Por ejemplo, en política, ¿reconozco las obras buenas que han realizado los gobernantes de otros partidos por los que yo no voté?

En la iglesia, ¿reconozco y me alegro de los logros de los otros grupos y apostolados a los que yo no pertenezco?

En mi vecindario, ¿me alegro de los logros de mis vecinos o pienso que yo y mi familia somos mejores y merecemos más?

•      Procura descubrir que tan “protagonista” eres…

¿Qué disfruto más: ser un héroe solitario o un colaborador anónimo?

Escribe dos listas.  En una anota las ventajas de ser y actuar de forma individualista y en la otra las ventajas de ser y actuar de forma comunitaria…

¿Qué aprendo de este ejercicio si lo practico yo solo?

Y, si comparto mis hallazgos con otras personas y escucho con apertura sus conclusiones, ¿qué más aprendo?

¿Descubro ventajas en ser comunitario?

¿Soy capaz de percibir a Dios actuando en los otros individuos y grupos de mi sociedad para edificación y crecimiento de todos?

Finalmente, ¿En mi familia se educa para el individualismo o para la fraternidad?

2.     Durante esta semana, ora expresándole a Jesús tus miedos y temores más profundos, tus ganas de encerrarte, protegerte y aislarte…

Luego, dile:

•      Dame tu paz, conviérteme en creyente, ayúdame a descubrirte en medio de mi comunidad…

•      Envíame como el Padre te envió a ti, a llevar tu misericordia y tu perdón a quienes hoy son tus llagas abiertas: a los que sufren en las periferias de la vida, a quienes carecen de pan y de amor, a quienes desafían mi falta de compromiso…

Pp. JJSA & SAGM

(Si esta ficha te ayuda, compártela)

Esta ficha, así como las de los domingos anteriores, la puedes encontrar en arquimediosgdl.org.mx, pestaña de “formación” y “desarrollo espiritual”.

Acerca de Gabriela Ceja Ramirez

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Lic. en Comunicación | Especializada en Comunicación Pastoral, por el ITEPAL y la Universidad Pontificia Bolivariana de Medellín, Colombia | Editora de Semanario Arquidiocesano de Guadalajara.

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