Sergio Padilla Moreno
Hace unos días comenzamos un nuevo semestre en el ITESO, Universidad Jesuita de Guadalajara, llenos de entusiasmo, pero con un poco de desilusión al tener que iniciar con muchas de las clases en modalidad virtual o a distancia, como medida de prudencia y cuidado ante el crecimiento de contagios en una pandemia que todavía está activa en todo el mundo.
Desde marzo del año 2020, las y los profesores, así como las y los estudiantes de todos los niveles educativos, hemos tenido que enfrentar enormes retos, pues los sistemas escolares no se detuvieron, sino que se fueron adaptando sobre la marcha a las modalidades virtuales y a distancia.
Ahora que vamos recuperando los aprendizajes que nos ha dejado enfrentar estos tiempos en los ámbitos educativos, vamos comprendiendo la importancia, entre muchas cosas, de saber escuchar de manera profunda a nuestros estudiantes a pesar de la distancia y los cubrebocas. En este sentido comparto que tengo la fortuna de coordinar a un grupo de profesoras y profesores que escuchan hondamente a sus estudiantes, quienes integran, en el Departamento de Formación Humana en el ITESO, la academia de Trascendencia y Sociedad, cuyo “objeto de estudio es el conocimiento y la comprensión de uno mismo, así como la del sentido de la propia vida, en su relación moral con los demás, el entorno y lo trascendente.”
A través de asignaturas que algunos estudiantes ven de inicio como “de relleno”, la capacidad de escucha y empatía de estos docentes van llevando a estos jóvenes universitarios a sentirse escuchados, comprendidos, valorados e invitados a ser mejores versiones de sí mismos. Al final de los semestres las y los estudiantes constatan su relación con la fe y la cultura, su sentido de la vida y de la muerte, su autoestima, su autoconocimiento a través del cine, su capacidad sensible, así como comprenderse mejor frente a las creencias y posturas religiosas.
INTERESARNOS POR LA VIDA DE LOS OTROS
Como escribió alguna vez el gran maestro y mistagogo Franz Jalics SJ: “Si os mostráis engreídos por lo que sabéis, si queréis imponer a otros vuestras convicciones entonces tened seguro que nadie os escuchará, aunque lo que tengáis que decir sea lo más valioso que posee la humanidad. En vez de cultivar una actitud de superioridad, debemos ponernos en el lugar de los otros y tratar de compartir sus sentimientos y experiencias […] Mientras no nos interesemos por las vivencias de los otros, no habrá una comunicación positiva.”
Expreso entonces mi gratitud y reconocimiento a la capacidad de escucha y empatía de las y los docentes de la academia de Trascendencia y Sociedad que han dado lo mejor de sí en estos tiempos de crisis y retos inéditos: Héctor Jiménez, Elías González, Patricia Lupercio, Mercedes Mora, Andrés Kroepfly, Hugo Hernández, Andrés Peixoto, Gerardo Moya, Alejandro García, Juan Francisco Hernández, Froilán Mejía, Arturo Navarro y Javier Riegwlen, docentes que ponen lo mejor de ellos para escuchar profundamente a sus estudiantes y dejar una huella que, más de una y uno, van a recordar toda la vida.
El autor es académico del ITESO, Universidad Jesuita de Guadalajara – padilla@iteso.mx
El discernimiento como escucha sagrada – Javier Melloni