Armando González Escoto
El Colegio de Jalisco es una institución académica y laica dedicada a la investigación histórica regional, y desde luego, el ámbito más distinguido de la historiografía jalisciense.
El pasado jueves el Colegio presentó el número 122 de su prestigiosa revista “Estudios jaliscienses” dedicada por completo a la Virgen de Zapopan, con ocasión de las importantes efemérides que en 2021 se celebrarán. Como es natural el enfoque de la revista es fundamentalmente histórico y cultural, pero, además, se debe destacar que, dadas las exigencias de la institución, sólo publica el resultado de investigaciones mayoritariamente inéditas, es decir, aportes nuevos, hasta ahora desconocidos, sobre los temas de estudio que elige.
El doctor Francisco Javier Velázquez Fernández, coordinador de este número, afirma en la introducción a la revista, que nunca está dicho todo, incluso sobre temas que parecían agotados, así queda demostrado por el tenor de las investigaciones ahí publicadas.
Es sin duda un motivo de orgullo el que una institución de tanto prestigio sea la primera en ofrecer un aporte tan valioso, desde el campo de la investigación académica, como primer acto en la conmemoración de estos hechos históricos.
Justamente la celebración de las efemérides destacadas de nuestra historia suele y debe ser ocasión para nuevas y mejores investigaciones que nos ofrezcan un retrato de lo que somos a través del seguimiento de lo que hemos sido en el largo trayecto del devenir histórico regional.
La primera efeméride a recordar sucedió en 1821, cuando la población regional decidió celebrar el nacimiento del Jalisco independiente, bajo el mismo emblema con que se había fundado el reino de la Nueva Galicia, declarando por lo tanto a la Virgen de Zapopan Generala y Protectora Universal del Estado Libre y Soberano de Jalisco.
Cien años después, luego de una historia política social llena de guerras y contradicciones, y justo a mitad del grave conflicto religioso, la misma imagen fue coronada con autoridad pontificia en 1921, como culmen del inédito y exitoso movimiento de resistencia civil y pacífica abanderado por Anacleto González Flores.
Es lamentable que las actuales tendencias “culturales” tiendan a achatar el tiempo generando personas y sociedades carentes de raíces y por lo mismo de identidad, rupturas graves que pueden hacer colapsar las culturas y convertir en botín barato nuestra más preciada herencia, más lamentable el que hasta los católicos se hagan con frecuencia parte de esta corriente superficial y anodina y acaben flotando en la masa inerte, indefinida, de una humanidad ajena a su origen y a su destino.
Para advertir la trascendencia de los acontecimientos y el valor de los símbolos históricos que tenemos se necesita más que conocimiento y educación, se requiere sobre todo de sensibilidad, esa sensibilidad tan característica de los grandes líderes que ha tenido la diócesis de Guadalajara, como fue el caso del obispo Cabañas y del arzobispo Francisco Orozco y Jiménez, protagonistas y promotores, cada uno en su momento, de las efemérides que estamos por celebrar.
armando.gon@univa.mx
1 comment
Deberían fe exaltar esa parte de la independencia de Jalisco como estado libre y soberano de la mano de la,Virgen de Zapopan, eso debería estar en los libros de historia desde primaria hasta universidad y también como fue que perdimos esa independencia para volvernos un estado sin libertad en un país que en realidad no es nuestro y esperemos pronto volvamos a ser independientes
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