DESARROLLO INTEGRAL
DR. JUAN PABLO AGUILAR “DR. ACTITUD”
ESPECIALISTA EN ACTITUD Y REINGENIERÍA ACTITUDINAL
CONFERENCISTA Y CONSULTOR
El rencor es un ancla que, si lo permitimos, arrastra nuestra vida hacia un fondo cada vez más alejado de la paz. ¿No sería mejor si al recordar algo desagradable que te sucedió pudieras hacerlo sin sentir dolor, rencor o amargura?, ¿o prefieres permanecer lamentándote, pensando en lo que no pudiste hacer, lo que perdiste, lo que te sucedió, lo que te hicieron?
El perdón es “la llave de la libertad”: al perdonar te liberas y despojas a tu agresor del poder de hacerte
sufrir, al perdonar quedas listo para abrazar la paz.
EXISTEN 3 MITOS QUE NOS HACEN DIFÍCIL PERDONAR
1° “Al perdonar permitirás que te lastimen nuevamente”. ¡Para nada! perdonar te libera de la tensión emocional del pasado y te deja libre para aprender del pasado y evitar que pase lo mismo.
2° “Perdonar significa olvidar”. Olvidar solo por decisión es prácticamente imposible; sin embargo, cada vez que recuerdes lo sucedido será una oportunidad de volver a elegir perdonar, de recordar que eres más fuerte que lo que te sucedió, de sustituir el rencor por paz.
3° “Perdonar quiere decir que mi agresor quedará impune”. Perdonar no quita la responsabilidad
a tu agresor; el perdón y la paz que conlleva es un regalo para ti, el agresor tarde o temprano (en este u otro mundo) deberá rendir cuentas de lo que ha hecho.
¿LA TRANSICIÓN DEL RENCOR HACIA LA PAZ PUEDE SER DOLOROSA?
Es como curar una herida, depende de qué tan profunda y vieja sea; pero a pesar del malestar que pueda
causar es mucho mejor hacerlo que pasar el resto de la vida cargando odios, rencores y resentimientos.
¿Quieres liberarte de los rencores para abrazar la paz? Entonces te invito a seguir leyendo estas preguntas:
• ¿Al perdonar esperas algo a cambio o que suceda algo en especial?, ¿qué sucedería si no ocurre?
• ¿Cómo sería si en lugar de eso, cambias el rencor por paz como un regalo para ti, sin esperar
que suceda algo a cambio, salvo lo que depende de ti?
• Si tuvieras los mismos antecedentes, las mismas características, formación, paradigmas y estuvieras en la misma situación que la persona que te agredió, ¿habrías hecho algo muy distinto?
• ¿Tienes la seguridad de que lo que ocurrió fue intencional, consciente, premeditada y directamente
contra ti o fue circunstancial?
• Si no sabes cuáles son los antecedentes, características, formación o situación de tu agresor, ¿qué te da el derecho de juzgarlo?, ¿qué pasaría si, más bien, procuras comprenderlo?
• ¿Quién es el responsable de terminar con el rencor, tú o el agresor?
“EL AMOR ES UN BUEN REPELENTE DEL RENCOR Y LA BRÚJULA QUE TE GUÍA HACIA LA PAZ”
• ¿Te gusta vivir con ese rencor o prefieres ir hacia la paz?
• ¿Qué es lo que sí puedes y estás dispuesto a hacer al respecto para pasar del rencor a la paz?
• ¿En qué te conviertes si guardas rencor o le deseas el mal a quien te agredió? ¿En qué te convertirás si le perdonas?
• ¿Para qué te es útil ese rencor, te protege de algo, te convierte en una mejor persona, te genera buenos sentimientos y pensamientos?
• ¿Cómo será tu futuro si continúas acumulando ese rencor?
• ¿Cómo sería ver lo que ocurrió como una oportunidad de que tu bondad y paz personal sean más grandes que lo sucedido, de mostrar más fortaleza interior que tu agresor?
• ¿Cómo vas a sentirte con esta nueva forma de ver y sentir lo sucedido?, ¿te conviene el nuevo enfoque?, ¿te agrada esta nueva forma de vivir?
Seguramente ya has vivido los desagradables efectos del rencor, ¡ya déjalo, te lo mereces!, te invito a dar
el primer paso en tu camino hacia la paz.
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