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Ignacio Román Morales

Durante las últimas semanas la gran discusión económica nacional se ha centrado en si estamos o no en recesión. El INEGI, al presentar los datos de crecimiento económico del segundo trimestre del 2019, dio a entender que no, pero que la libramos de apenitas, al crecer la actividad económica en 0.1%. Sin embargo, ello no nos dice nada directamente sobre la evolución de las condiciones de vida de la población, para ello tenemos que recurrir a otras fuentes, principalmente las asociadas a la desigualdad y la pobreza. Ambas se obtienen a partir de una compleja encuesta que se levanta cada dos años: la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH). A partir de ella, el INEGI nos presenta los datos de desigualdad económica, en tanto que el CONEVAL (Consejo Nacional de Evaluación de la Política del Desarrollo Social) calcula los datos de pobreza.

Por su periodicidad y complejidad, los datos que acaban de presentar el INEGI y el CONEVAL no nos permiten valorar resultados del actual gobierno, sino los principales resultados en el 2018:

  1. Los hogares mexicanos se componen en general de tres o cuatro personas, el promedio es de 3.6, de los que 1.7 trabajan y 2.4 perciben ingresos. Por una parte hay trabajadores que no perciben ingresos, sobre todo ayudantes familiares y, por la otra, el que haya más perceptores de ingresos que trabajadores ocupados, indica una alta participación de personas que reciben remesas del exterior, apoyos familiares de personas que no viven en el mismo hogar o transferencias gubernamentales, de organizaciones civiles, etc.
  • El ingreso promedio de los hogares mexicanos es de $16,537 mensuales, lo que significaría $6,890 por perceptor de ingreso o $4,594 por persona. No obstante, sólo 30% de los hogares obtienen ingresos mayores a éstas cifras.
  • El 10% más pobre de los hogares (incluyendo al trabajo y percepciones recibidas por el conjunto de sus miembros) sólo recibe $3,038 al mes. Si le quitamos las transferencias desde fuera del hogar, sólo quedan $1,117 y, éste último dato lo dividimos entre los miembros del hogar, sólo disponen de $449 mensuales por persona. Además, 22.6% de sus ingresos no es dinero que realmente reciban, sino lo que se estima que representaría en renta el valor de su vivienda.
  • En cambio, el 10% de los hogares contabilizados como los de mayor ingreso (aunque en realidad es casi imposible que entren en la encuesta los que realmente tienen el control económico del país), perciben en promedio $55,583 al mes. Lo que equivale a 18.3 veces lo que le llega a un hogar del 10% de menor ingreso, o más del doble (2.12 veces) lo que obtiene el 10% que le sigue al más alto.
  • Según el CONEVAL, durante el sexenio 2012-2018, se redujo la pobreza extrema (población cuyos ingresos son insuficientes para adquirir una canasta alimentaria básica y que carece de al menos la mitad de los derechos sociales a los que constitucionalmente tendría derecho en términos de alimentación, educación, salud, vivienda, seguridad social y servicios básicos). Ésta pasó de 11.5 a 9.3 millones de personas. Sin embargo, aumentó la llamada pobreza moderada (la que podría adquirir la canasta alimentaria, pero no el resto de la canasta básica y que carece de al menos la satisfacción de los derechos mencionados), de 41.8 a 43.1 millones de personas. Del 2016 al 2018 resalta el aumento en la población sin acceso a salud, seguridad social y servicios básicos a la vivienda.

En suma, México sigue siendo un enorme lago de desigualdad, de pobreza y de carencias, con algunas pequeñas islas de gran lujo y derroche.

Tags: Pobreza

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