Ocotlán, Jalisco, se prepara para celebrar el Año Jubilar por el 175 aniversario de la aparición del Señor de la Misericordia.
David Hernández
Con una población de poco más de 106 mil habitantes, Ocotlán es uno de los municipios más grandes de Jalisco y más importantes en la generación de empleos. Conocido a nivel nacional como la “Capital del Mueble”, por la gran producción de enseres domésticos que ahí se elaboran.
Sin embargo, la riqueza más grande sus habitantes la encuentran en la bendita Imagen del Señor de la Misericordia, pues desde aquel terremoto de 1847 que destruyó el municipio, sus habitantes encontraron nuevamente la esperanza a raíz de su aparición en el cielo del 3 de octubre de aquel año.
Temblor y manifestación en el cielo
En entrevista, el Maestro Jorge Alonso Corona Torres, historiador y escritor del libro “El Señor de la Misericordia. Datos históricos en torno al especialísimo protector de Ocotlán”, nos explicó la historia del terremoto que azotó a la población y la aparición de la Imagen del Señor de la Misericordia en el cielo.
“El 2 de octubre de 1847 hacia las 7 de la mañana, un sismo de baja intensidad sacudió la población, asuntando a los pobladores pero no generó estragos mayores. Sin embargo, un par de horas después, hacia las 9 de la mañana, un sismo de mayor intensidad se sintió, provocando en esta ocasión estragos mayores: el templo parroquial quedó destruido en su totalidad, la mayoría de las casas se cayeron, la escuela del pueblo se vino abajo dejando sin vida a los niños que ahí se encontraban; fue una destrucción total en Ocotlán, en el territorio se registró una cifra de 53 muertos”.
“La onda expansiva se extendió hasta la Ciudad de México donde se reportó que la caja de agua del Acueducto de Belén se había destruido a causa del terremoto y por ese motivo el agua no podía llegar”, explicó el historiador.
Al día siguiente (3 de octubre) fue domingo, por ello la gente acudió a Misa para cumplir con el precepto dominical. Como la parroquia había sido destruida, solo quedaba disponible la capilla de la Purísima, pero el señor Cura Julián Martín del Campo no hacer uso de ella, pues le dio desconfianza que se fuera a caer, entonces optó porque todas las Misas se celebraran en el atrio, a la intemperie, fue ahí cuando los ocotlenses serían testigos del hecho asombroso que marcaría su historia.
“Fue al Padre Julián Navarro Gutiérrez, quien era Vicario, a quien le tocó celebrar la Misa. Hacia las 9 de la mañana, cuando se estaban preparando para celebrar, se pudo apreciar en el cielo de Ocotlán la imagen de Jesús Crucificado figurado por unas nubes, alentando la piedad de la gente pero al mismo tiempo el miedo porque creían que se trataba del Juicio Final. En ese momento, los sacerdotes alentaron a la gente a que pidieran misericordia a Dios. Según los testimonios, el fenómeno se pudo ver aproximadamente por un lapso de 30 minutos”.
A raíz de este suceso, el señor Cura Julián Martín del Campo escribió el mismo día al Obispo de Guadalajara, para informar que, además del terremoto, se había visto la Imagen de Jesús Crucificado en el cielo. Lo mismo hizo el alcalde municipal, José Antonio Jiménez, quien escribió al gobernador del Estado este fenómeno en las nubes.
“Tiempo después se tomaron declaraciones de los testimonios, a cargo del presidente municipal, por iniciativa del licenciado Miguel Ignacio Castellanos, más para la autoridad eclesiástica esa información no tenía validez porque había sido hecha por una autoridad civil, entonces en 1848 se levantó una nueva información testimonial”.
Con reconocimiento eclesial
Finalmente, el 29 de septiembre de 1911, el Arzobispo José de Jesús Ortiz y Rodríguez hizo reconocimiento del hecho histórico de la aparición y aprobó el culto.
“En ese edicto el Arzobispo hizo reconocimiento de que la aparición era un hecho históricamente cierto y quedaba plenamente comprobado por la gran cantidad de documentos que existían que daban testimonio de lo visto la mañana del 3 de octubre de 1847. El Arzobispo hizo este reconocimiento y otorgó especiales gracias a los ocotlénses, entre ellas, dio la orden de que se jurara celebrar al Señor de la Misericordia en una festividad religiosa del mejor modo posible. Ahí se instituyó el juramento que se realizaría el año siguiente (1912) y que a partir de 1940 se ha renovado cada 20 de septiembre con la entrada de los Gremios”, mencionó el historiador.
La entrada de los Gremios
La devoción al Señor de la Misericordia se ha visto nutrida por diversas manifestaciones de piedad popular. Una de ellas es la participación de los Gremios, agrupaciones de profesionistas que tienen a su cargo sufragar los gastos de un día de las fiestas.
“Anteriormente durante las fiestas, al no haber luz eléctrica, los Gremios eran quienes proporcionaran la cera para que el día que les tocara la fiesta el templo se iluminara. Tiempo después, surgió la iniciativa de que cada Gremio adornara el templo en su día (…). Hay una práctica que por las tardes los Gremios se organizan y hacen una peregrinación con su compostura, y a las 5 de la tarde entran al templo para montarlas. Eso se ha convertido en uno de los atractivos de la fiesta”, señaló el Mtro. Jorge.
Actualmente, esa costumbre prevalece y el ornato del templo se cambia todos los días de la fiesta. Además, cada 20 de septiembre se realiza la entrada de los Gremios, que es el desfile inaugural de las fiestas, partiendo en peregrinación desde la estación del ferrocarril hacia la parroquia, donde hacen el juramento de celebrar cada año las fiestas lo mejor posible.
Esta tradición fue instaurada por el señor Cura Margarito Ortega Valdez, el 20 de septiembre de 1940.
Aniversario de la Imagen
Este año, también la Imagen del Señor de la Misericordia está cumpliendo 150 años de su elaboración, una efeméride que hasta el momento es poco conocida pero que coincidentemente se cumplió el mismo día en que inicio del Año Jubilar de su aparición.
“Después del terremoto de 1847 la antigua parroquia quedó reducida a un montón de escombros. Ante ello se impulsó la necesidad de reconstruirla (…). El 9 de abril de 1850 comenzó la construcción del actual templo que ya iba con la dedicatoria especial para el Señor de la Misericordia. Se inauguró el 29 de septiembre de 1870, y desde luego una de las principales necesidades era dotarlo de nuevas Imágenes para el culto, entre ellas la Imagen del Señor de la Misericordia que fue hecha por Antonio Robledo en 1871”, dijo.
Año Jubilar
El próximo 3 de octubre de 2022 se conmemorarán los 175 años de la aparición del Señor de la Misericordia, es por ello que el Cardenal José Francisco Robles Ortega, Arzobispo de Guadalajara, concedió a la comunidad parroquial un Año Jubilar donde podrán ganar la indulgencia plenaria los días 3 de cada mes, y en las fiestas patronales que inician el 26 de septiembre.
Esta es la segunda vez que un Arzobispo de Guadalajara concede un Año Jubilar a Ocotlán. El primero fue en 1997 para conmemorar los 150 años de la aparición, otorgado por el Cardenal Juan Sandoval Íñiguez.
En aquel tiempo, se hicieron medallas y gallardetes conmemorativos, se ofrecieron nuevos vasos sagrados y se hizo una restauración de la Imagen, entre julio y agosto de 1997, poniendo de manifiesto que la devoción al Señor de la Misericordia seguía viva y palpitante en Ocotlán.
“Anteriormente hubo festejos para conmemorar el aniversario de la aparición pero ninguno con el carácter de Jubileo. Ahora es una gracia especial que conviene aprovechar para todos aquellos que le profesan un cariño”, afirmó el Mtro. Corona.