Jorge Rocha
El primer domingo de junio tendremos en Jalisco lo que comúnmente se llama “elecciones intermedias”, es decir, son aquellas donde sólo se elige a presidentes municipales, diputados locales y diputados federales. En esta ocasión no se vota por presidente de la República ni por gobernador del Estado.
La participación ciudadana en las elecciones intermedias suele ser un poco menor que en los comicios donde se elige gobernador y presidente; y las campañas en este tipo de procesos electorales suelen ser más desangeladas y provocan menos interés en la gran mayoría de las y los ciudadanos.
Recapitulando la historia reciente
Para el caso específico del Estado de Jalisco, las elecciones intermedias tienen dos particularidades. La primera es que en los últimos procesos electorales de este tipo (2009 y 2015) los comicios se han convertido en un plebiscito para los gobernantes en turno. En el caso del año 2009, siendo gobernador Emilio González Márquez del PAN, el PRI obtuvo importantes triunfos electorales, ya que ganó el Ayuntamiento de Guadalajara con Aristóteles Sandoval, la presidencia municipal de Zapopan con Héctor Vielma y en ese año, Enrique Alfaro ganó la alcaldía de Tlajomulco con las siglas del PRD. En ese año el voto de castigo en contra del PAN fue muy contundente y apareció el movimiento del llamado ‘voto nulo’, que en toda la entidad alcanzó poco más del 5% de la población, y en algunos distritos como el número diez y el ocho, la anulación llegó al 10 y 8% respectivamente.
En las elecciones del año 2015, siendo gobernador Aristóteles Sandoval, también se presentó un fuerte voto de castigo para la administración estatal en turno, ya que el PRI experimentó una fuerte debacle electoral y fuimos testigos del crecimiento de Movimiento Ciudadano. Hace seis años el partido naranja ganó las presidencias municipales de Guadalajara, Zapopan y Tlaquepaque, con Enrique Alfaro, Pablo Lemus y María Elena Limón, respectivamente.
El voto de castigo hacia el PRI fue muy fuerte y aparecieron las candidaturas independientes, que llevaron a Pedro Kumamoto a ser representante popular del distrito diez en Zapopan.
El otro fenómeno que aparece en las elecciones intermedias de Jalisco es la lucha adelantada por la gubernatura del Estado, que se concreta en el triunfo en la capital de Jalisco. Los últimos cuatro gobernadores del Estado han sido presidentes municipales de Guadalajara en el periodo inmediato anterior a ser postulados como primer mandatario del mismo.
Francisco Ramírez Acuña, Emilio González Márquez, Aristóteles Sandoval y Enrique Alfaro han experimentado este proceso, y es claro que el que resulte ganador en la contienda por Guadalajara, se coloca automáticamente como el candidato a vencer para ser gobernador de Jalisco. Esto ha hecho que en las cuatro elecciones intermedias anteriores, la disputa por la capital del Estado tenga tanta relevancia; y para el caso nuestro, se ha convertido en la contienda que tiene todos los reflectores de los Medios de Comunicación y de los analistas políticos.
Paridad y nuevos partidos
Como se ha señalado antes, las elecciones intermedias suelen aparecer como un momento donde hay innovaciones políticas y electorales. Hace doce años fuimos testigos de la propuesta del voto nulo, y hace seis años el tema de debate fueron las candidaturas independientes. Para los comicios de mediados de este año, me parece que hay dos temas que pueden convertirse en las agendas emergentes de este proceso: las demandas por la equidad política entre mujeres y hombres, que supone, además, una fuerte crítica a la violencia política contra las mujeres; y el papel que pueden jugar en las elecciones los nuevos partidos políticos locales.
Otro de los asuntos que resulta una novedad en este proceso electoral es la disputa de 15 gubernaturas, situación que no habíamos tenido antes y que quizá puede tener algunos efectos en nuestras propias elecciones.
Posdata
El multi-homicidio de once personas en el municipio de Tonalá es una muestra más del grave problema de seguridad por el que atraviesa el Estado de Jalisco, donde efectivamente hay una baja sensible en los delitos del fuero común, pero en los hechos de violencia de alto impacto, no vemos avances sustanciales. No hay coordinación entre corporaciones, y hasta ahora no se ve clara una estrategia para contener este tipo de eventos que lastiman tanto a la sociedad de Jalisco.
Postdata 2
Las aprobaciones de las Leyes de Declaración de Ausencia y de Personas Desaparecidas representan un enorme avance para la entidad. Las distintas fracciones parlamentarias hicieron su tarea, y los colectivos de familiares de personas desaparecidas nuevamente mostraron su compromiso y fuerza para cambiar el estado de cosas en Jalisco. Enhorabuena.