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Es necesario reconocer que estamos viviendo un periodo de duelo porque la vida como la conocíamos ha cambiado o se ha puesto en pausa. Población mayormente vulnerable son los niños y mujeres que pueden convertirse en víctimas de la violencia o recrudecerse el maltrato que ya se ejerce hacia ellos.

Sonia Gabriela Ceja Ramírez

La psicóloga y directora de Cuepalliztli, A.C., servicios especializados en atención psicójurídica y psicoforense a víctimas de violencia de género y abuso sexual infantil, Claudia Angélica Rangel Martínez, explica que la contingencia sanitaria y aislamiento sanitario voluntario que vivimos actualmente en México por el COVID-19 o Coronavirus es una situación atípica en nuestro país.

“Hemos tenido emergencias o contingencias sanitarias muy focalizadas como pudieron haber sido el dengue o la influenza, sin embargo, en esta ocasión se trata de una cuestión mundial considerada como pandemia.

“Esta situación, ha desatado una serie de malinformaciones en cuestión de cómo estamos utilizando o manejando el tiempo libre en este confinamiento atípico también.

“Un mal uso del tiempo libre y el no tener adecuados recursos psicológicos, emocionales y sociales, para una convivencia interna en el hogar de forma asertiva, efectiva, y con una índole de paz, nos han generado muchos indicadores de ansiedad, incertidumbre y desesperanza, sumados a la inadecuada información que nos llega para enfrentar esta situación”.

Sumado a la violencia que ya enfrentábamos

“Tenemos que tener en cuenta que también nosotras las mujeres estamos en una alerta de género, lo que quiere decir que la alerta atiende a un factor epidemiológico de factores de riesgo psicosociales que atentan contra las familias, los individuos y sobre todo hacia las mujeres, niños, niñas y adolescentes.

“En las familias, lamentablemente, tenemos la mala costumbre de no hablar con claridad acerca de nuestras emociones, de nuestros sentimientos, de lo que nos está pasando en casa y cómo nos estamos sintiendo.

“Hay familias que lamentablemente tienen una exacerbada violencia en el hogar. Tenemos un ritmo de vida y una cotidianidad en donde las familias no han tenido esta pertinencia de acercarse de otra forma en sus tiempos libres, es decir, dedicarse calidad de tiempo”.

Nuestro forzado cambio de vida

“Muchas familias se despreocupaban en un sentido metafórico de los hijos y las hijas porque estaban en la escuela, pues el tiempo en que ellos pasaban en la escuela, los padres y madres estaban trabajando. Ahora bien, la situación de las familias, con los niños en casa genera esta ansiedad de decir cómo me acerco a mis hijos en un tiempo que estaba destinado para que otra persona se hiciera cargo de ellos, en este caso las profesoras o los profesores. Este es un factor de riesgo psicosocial porque en esta lógica, las familias no tenían la comprensión de acercamiento afectivo, lo que lamentablemente genera una situación de ansiedad y crisis que va creciendo.

“Estamos en una curva de duelo. Los duelos no son solo de pérdidas físicas por muerte, también hay una curva de duelo cuando estás en una crisis de inestabilidad porque estás dejando tu objeto o tu sensación de estabilidad cotidiana.

“Pasas de la etapa de la negación, a la frustración, viene el coraje, luego viene la estabilidad, luego viene la adecuación y finalmente la aceptación y vuelves a reacomodar otra vez todo tu rol”.

Se puede pasar de los gritos a la violencia física y psicológica

La especialista señaló que el tiempo que pasa en todo este proceso dependerá también de que las familias y las personas tengan ciertos recursos de información para poder mitigar esos efectos de la crisis de ansiedad.

Explicó que cuando no se cuenta con los recursos necesarios, las personas comienzan a mostrar respuestas violentas: “empiezan con los gritos, los jalones de cabello, luego jalones de orejas, palabras ofensivas, lenguaje corporal violento, así el maltrato infantil, por ejemplo, en este tipo de situaciones va a ir creciendo”.

Alertó que lamentablemente también hay familias que tienen dentro de su hogar a agresores sexuales “y cuando están en casa, aparte de la curva de todo este duelo y de la ansiedad, las víctimas se enfrentan a sus miedos de estar conviviendo las 24 horas con sus agresores”.

Que los niños estén bien cuidados

“En el caso de niños y niñas, cuando asistían a la escuela lo veían como una forma de tranquilidad y de estar amortiguando por lo menos la violencia hacia ellos, entonces imagínate, aparte del maltrato infantil, si no se presentaba el abuso sexual, se va a presentar el maltrato con otros indicadores de violencia como pueden ser el maltrato verbal y o psicológico; el hostigamiento dentro del hogar.

“Cuando ya se tienen indicadores de abuso sexual, el agresor que está dentro de casa y puede ser el padre, el hermano, el primo, el tío, porque también hay que decir que hay familias en estos momentos que viven en hacinamiento, entonces, muchas veces las familias que viven en esta situación pueden tener al abuelo o incluso al vecino o al compadre viviendo en la misma casa y puede que ellos sean agresores.

“Entonces, es necesario tener una red de apoyo dentro de la misma casa para que estén vigilantes, de manera que si el niño o la niña en algún momento dicen, me está tocando, me hizo, me quiso hacer, en ese momento hay que creerle y en ese momento hay que denunciar. Se puede hablar a organismos civiles como Cuepalliztli, A.C. para que nosotros tomemos las acciones pertinentes para hacer las denuncias, dar acompañamiento y dar la contención telefónica”.

Se activa el código violeta

“Además, el gobierno del estado acaba de anunciar el código violeta, por lo que pueden marcar al 911 y en ese momento se aplicarán las medidas respectivas de contención y protección a quien lo necesite”.

Así lo explicó en Rueda de Prensa Fela Pelayo, Secretaria de Igualdad Sustantiva entre hombres y mujeres en el estado: “El código violeta se activa dentro del 911 para dar atención prioritaria a estos casos, se implementa además un canal de radio-frecuencia especial dirigido a policías operativos, estatales y municipales para atender este tipo de emergencia, que significa esto, que en caso de que una mujer este viviendo un tipo de violencia llama al 911 y señala que es código violeta para que automáticamente se implemente un código especial que diseñamos con esta finalidad”, pues reconoció que en lo que va de la contingencia, se ha incrementado entre 3 y 4 por ciento el llamado de emergencia por violencia intrafamiliar.

“Dentro del hogar, en esta situación, los niños y las niñas tienen que estar cuidados tres veces más”, añadió Claudia Angélica Rangel.

Generar medidas de protección

La psicóloga y directora de Cuepalliztli refirió que las mujeres también son un grupo vulnerable: “están siendo expuestas a situaciones de maltrato, pero deben saber que no están solas, que sabemos que están confinadas con su agresor, que el agresor va a tratar de utilizar estrategias para llevarlas al borde, por lo que es importante que tomemos medidas prácticas, por ejemplo, tener siempre cargado el teléfono celular, así como con saldo suficiente para poder llamar en caso de emergencia”. La especialista recordó que para llamar al 911 no es necesario tener crédito. Aseguró que en la sociedad hay instancias que permanecen vigilantes todo el tiempo para la protección de este sector”.

Claudia Rangel dijo que para manejar tanto el duelo como la ansiedad es importante que atendamos únicamente a la información oficial preponderante, que en este caso es la información que provee el gobierno federal, ya que entre más especulaciones tengamos al respecto más ansiedad generaremos.

“El gobierno federal nos dice que nuestro periodo de protección será hasta el 30 de abril, así lo señala también la OMS y los sistemas sanitarios internacionales y los epidemiólogos nos dicen que este es el momento más crítico, por eso es en primer lugar importante, no descuidar nuestra salud”.

Alejarnos de las redes

“Otra recomendación sería omitir las redes sociales porque en este momento se propaga información falsa o información que busca distraernos de lo importante, que es estar en paz y en una situación de resguardo para cuidar nuestra propia integridad y salud física.

“En tercer lugar, si sabemos que en casa vivimos y convivimos con los agresores, entonces debemos tomar en cuenta que estamos en una fase latente de la violencia que en cualquier momento se puede desbordar. Hay que estar prevenidas con los números oficiales para la atención a la ciudadanía en casos de violencia. También Cuepalliztli, A.C. y Defiéndete, estamos en guardia las 24 horas vinculadas con las instancias gubernamentales”.

Indicó que como sociedad, como vecinos también debemos estar alertas a lo que sucede a nuestro alrededor. “Hay que denunciar cualquier hecho violento, incluso de nuestros vecinos. Si se escuchan golpes, llantos, palabras ofensivas, golpes fuertes en la pared, por favor denuncien, puede que estén salvando una vida”.

Explicó que el código violeta reportado al 911 enlazará a partir de este miércoles 8 de abril, con todas las instancias pertinentes para recibir ayuda. El código funcionará de manera permanente durante la contingencia. “Cuando tu activas código violeta no deben pasar más de 10 minutos para que llegue la ayuda necesaria”.

También se puede denunciar en Cuepalliztli al teléfono: 331-236-47-53, donde podrán brindarle contención y apoyo psicológico, con costos de recuperación muy bajos. Sin embargo la cuestión económica no es un factor para no recibir la atención en caso de necesidad”.

@arquimedios_gdl

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