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Pbro. Juan Javier Padilla Cervantes

“Gracias por tanto que nos diste, Padre Lupe”, así expresó la comunidad de San Pío X su agradecimiento al Padre José Guadalupe Arrezola, quien falleció, en esta ciudad de Guadalajara, el pasado sábado 2 de enero, a la edad de 77 años, y 48 años de ministerio sacerdotal; los últimos 17 años sirviendo como vicario en la parroquia de San Pío X, conocida también como Santa Filomena.

Su vocación y sus primeros años

El padre Lupe nació en Lagos de Moreno, Jalisco, el 6 de noviembre de 1943; sus padres Leonor Arrezola Sánchez y Fernando García De Alba. Su madre se dedicó al hogar y su padre, además, tenían un servicio de carros o taxis. Fueron cinco hermanos, siendo él, el cuarto hijo de este matrimonio, y el quinto, su hermana María del Refugio, que aún vive, y quien amablemente nos proporcionó estos datos.

Al terminar la primaria -nos platicó su hermana Refugio- ingresó al Seminario Auxiliar de San Juan de Los Lagos, tenía entre 11 y 12 años de edad, inspirado o motivado por su tío sacerdote José Mercedes García de Alba, hermano de su padre, a quien el Padre Lupe ayudaba como monaguillo en el templo de Capuchinas, la Inmaculada, de Lagos. “Mi madre lo apoyó y mi padre se enojó -cuenta su hermana- pero con el tiempo lo aceptó”.

“Cursó humanidades en el Seminario Auxiliar de San Juan de los Lagos, y, al terminar, pasó al Seminario de Guadalajara”, -señaló el padre Ramiro Vázquez-. “Fuimos ordenados sacerdotes el 2 de abril de 1972, domingo de Resurrección, un primer grupo de 13 sacerdotes, en la Catedral de Guadalajara, de manos del señor Cardenal José Salazar López; posteriormente, los siguientes días, se fueron ordenando los demás compañeros”.

El Padre Lupe “fue serio, le gustaba jugar el básquetbol, era buen compañero; desde que nos ordenamos nos reunimos, como grupo, cada seis meses durante cuatro días”, dijo su compañero el padre Ramiro.

En San Pío X, su último destino, 17 años de servicio, acompañó como vicario parroquial a los señores Curas Roberto Casillas, Francisco Javier Ramos Fausto, Felipe González Castellanos y Marco Antonio Vásquez Pérez. Le correspondió asesorar algunos grupos como: Catequesis infantil, Renovación Carismática, Cáritas parroquial, Apostolado de la Oración y la Pastoral Social del Decanato de Lourdes.

Dejó buenos recuerdos

“Se distinguió por ser un pastor de la Eucaristía, el confesionario y la caridad; siempre estaba dispuesto a aconsejar y a celebrar, y ayudar a los hermanos sacerdotes en su decanato -expresó Armando Castellanos, feligrés de esta comunidad-. A pesar de sus años y enfermedades, sirvió hasta el último momento; a donde quiera que llegaba, decía: ‘esta matraca’, se sentaba y agarraba aire, y, ya que se reponía decía: ‘¡ahora sí, ya!’”, y continuaba.

“Un hombre entregado, fiel a la Iglesia y solidario con sus hermanos sacerdotes. Muy consternada quedó la comunidad por la muerte del Padre Guadalupe, muchos mostraron su solidaridad y cariño con oraciones a través de los grupos de Whatsapp y con moños negros en las puertas de las casas, tanto en la Colonia del Fresno como en la Morelos”.

Se realizó una novenario de Misas con las cenizas del Padre Guadalupe, junto con las cenizas de su tío, también Sacerdote, José Mercedes, en las que participaron algunos párrocos y vicarios de los distintos templos del Decanato. Los restos del Padre Guadalupe fueron trasladados y depositados en una de las criptas de la Parroquia de San Pío X.

Parroquias donde ejerció su ministerio a lo largo de sus 48 años de sacerdote:

• Nuestra Señora del Rosario, Jamay. 1972
• La Inmaculada Concepción, Florencia, Zacatecas
• Ntra. Señora del Rosario, Zapotlanejo.  1975
• Santo Santiago Apóstol, Tonalá. 1979
• Santa Margarita María Alacoque, Guadalajara.
• San Tarsicio, Miravalle, Guadalajara. 1990
• La Purísima Concepción,  la Concha, Guadalajara. 1993
• San Pio X, Guadalajara. 2004  –  2021