Luis Sánchez

Los últimos días han comenzado a aclarar el panorama electoral en el país. Conforme se acerca el 2024, y en un contexto donde se busca mantener una dinámica encaminada a la paridad de género en las candidaturas, hay otro asunto que sigue llamando fuertemente la atención: el problema de la polarización social. Una cuestión que sigue formando parte de las agendas, y a pesar de los supuestos esfuerzos por retomarlo, se mantiene en el imaginario colectivo.
Generalmente, al escuchar los discursos de los candidatos se habla de cohesión social y reconciliación como posibles soluciones a la polarización: integración en la comunidad, unidad social, empatía entre individuos. Soluciones superficiales a una problemática que algunos califican como perversa, que fragmenta a la ciudadanía, que afecta la gobernabilidad, que impide el progreso de alternativas a otros problemas públicos.
La realidad es que nuestros tomadores de decisiones han sido incapaces de dar una solución concreta a una problemática que requiere, en primera instancia, partir del entendimiento de la democracia como mecanismo para dar respuesta a diferencias dentro de una sociedad que es realmente diversa, siendo
conscientes que nuestro país podría considerarse como la unión de varios pequeños países en el sentido de la diversidad.
Partamos entonces invitando a nuestros futuros candidatos a que no giren sus campañas electorales en torno al choque en la comunicación, pues esto no genera soluciones. Que no esperen que los otros cambien su perspectiva, y más bien, aperturen su visión a los aportes y opiniones que sus rivales políticos puedan tener, pues la diversidad de visiones, creencias y análisis es lo que realmente permite ser un contrapeso a la polarización.
Finalmente, insistir a nuestros candidatos a que recuerden que la democracia se construye todos los días y por todos los ciudadanos, pues son ellos los que tienen el poder, por lo que deben tener apertura, aún con aquellos con quienes no comparten una misma visión, pues es así que se logra construir una sociedad diversa e inclusiva.
Nos leemos la siguiente semana, y recuerda luchar, luchar siempre, pero siempre luchar desde espacios más informados que construyen realidades menos desiguales y pacíficas.