El singular mandamiento de Jesús de amarnos unos a otros «como yo los he amado». Por algo se le llama a este «su» mandamiento, porque Él lo ha practicado, antes que con las palabras, con el ejemplo.
"En la Iglesia tenemos urgente necesidad de una comunicación que inflame los corazones, sea bálsamo en las heridas e ilumine el camino de nuestros hermanos y hermanas"