II DOMINGO
¡Llena, abájate, rectifica, allana!
Pbro. J. Jesús Suárez Arellano
¿QUÉ NOS DICE DIOS EN ESTE SEGUNDO DOMINGO DE ADVIENTO?
Isaías 40, 1-5. 9-11: Al pueblo que había sufrido en el exilio por sus pecados, el profeta lo consuela diciéndole que ya viene el Señor, lleno de poder y como un pastor… y pide que preparen el terreno y construyan una calzada para llevarlos de regreso a su tierra…

Salmo 84, 9ab-10. 11-12. 13-14: Está cerca la salvación… la justicia le abrirá camino… daremos fruto…
2 Pedro 3, 8-14: El Señor nos tiene mucha paciencia, pues no quiere que nadie perezca, sino que todos se arrepientan… Vivamos con santidad y entrega, esperando y preparando el advenimiento del día del Señor… pongamos todo nuestro empeño en que el Señor nos encuentre practicando la justicia, en paz con Él, sin mancha, ni reproche…
Marcos 1, 1-8: Preparemos el camino del Señor enderezando nuestros senderos… Juan el Bautista predicó el arrepentimiento… Su propia apariencia, su ejemplo de vida, ya es un claro mensaje…
REFLEXIONEMOS:
[Los profetas son personajes importantes del tiempo del adviento. Ellos están – como se nos recomendaba el domingo pasado – atentos y vigilantes, se han desarrollado integralmente partiendo de su relación con Dios y haciendo vida su voluntad… Han recorrido el camino antes de mostrarlo a los demás y acompañarlos en su recorrido hacia y según Dios, el salvador y liberador… El profeta anuncia las buenas noticias que ya ha experimentado antes que los demás; no son soñadores ni adivinos, sino que son adelantados a su tiempo…
Las primeras frases del evangelio de Marcos que hoy leemos nos presentan un resumen de lo que se desarrollará a lo largo de este libro de buenas noticias que meditaremos este ciclo litúrgico.

También Podemos resumir el tiempo de adviento en la frase: “preparen el camino del Señor”. En el AT se aplica a Yahvé y en el NT a Jesús.
Entre los cristianos hay quienes desean triunfalismos y quienes se sienten aplastados por los derrotismos. Por eso, hoy, más que nunca, necesitamos profetas que, como los antiguos, siembren, para nosotros, utopías generadoras de esperanza y conversión equilibrada:
• Isaías: “Aquí está su Dios, llega con fuerza… Como pastor los apacentará…”.
• El salmista: “La misericordia y la fidelidad se encuentran, la justicia y la paz se besan…”.
• San Pedro: “Nosotros esperamos un cielo nuevo y una tierra nueva donde habite la justicia”.
• San Marcos: “Él bautizará con Espíritu Santo”.]
Para que Dios pueda llegar a nuestra vida y nuestra sociedad hay un requisito: hacer obras definitivas y radicales para “rellenar”, “emparejar”, “enderezar” e “igualar”… Se trata de una reingeniería de nuestra vida personal, familiar y social… ¿Qué podrían implicar estos verbos para nosotros? ¿A qué nos invita Dios?
• Rellenar los vacíos:

– a nivel personal parece invitarnos a superar las depresiones, a llenar nuestros vacíos en nuestro desarrollo humano que nos llevan a no lograr un buen desempeño en la vida… ¿Qué puedo hacer?
– a nivel familiar, hay vacíos de comunicación con los que vivimos, pero aparentamos estar cerca de los de afuera a través del celular, aún durante las comidas… ¿Cómo comunicarnos mejor?
– a nivel de tu entorno existe un vacío de interés por hacer comunidad con el otro, nos damos miedo, no sabemos quién es quién… ¿Qué puedo hacer para establecer y mantener lazos de unión con mis prójimos?
• Emparejar lo elevado:
– a nivel personal habrá que “bajarle” a nuestra autosuficiencia y deseos de imponer nuestro punto de vista, nuestra voluntad… habrá que bajarle a nuestro ego… ¿Qué haré para bajarme de mi Olimpo?
– a nivel familiar, debemos “bajarle” a nuestro individualismo y aprender a compartir nuestras cosas y dinero, nuestras ideas, nuestra vida… ¿Es posible mejorar mi relación con mis familiares?

– a nivel del entorno debemos “bajarle” a nuestro aislamiento y apostarle más al espíritu y la participación comunitaria… ¿Qué puedo aportar con sencillez para fortalecer el tejido social?
• Enderezar lo torcido:
– a nivel personal debemos reconocer en qué aspectos de nuestra vida nos estamos yendo “chuecos”, haz una lista… ¿Hacia dónde enderezaré mi vida?
– a nivel familiar, ¿conoces esta frase: “yo no te digo nada a ti y tú no me digas nada tampoco”? Así nos hacemos cómplices y cada vez estamos peor… ¿Quiero dar y recibir corrección fraterna en casa?

– a nivel de tu entorno, ¿cuántas “chuecuras” ves a tu alrededor o participas en ellas? (Kilos de 800 grs., tanques de gas medio vacíos, mordidas al agente de tránsito, “propinas” para que te hagan los trámites a los que tienes derecho, etc.)… ¿Con qué granito de arena puedo contribuir para enderezar esta sociedad?
• Igualar lo escabroso:
– a nivel personal tenemos “temas” difíciles de compartir y de tratar, son nuestros puntos ciegos y partes no integradas, asuntos no manejados adecuadamente… ¿Cómo me estoy ayudando? ¿Deberé buscar ayuda psicológica o espiritual?
– a nivel familiar se nos pide revisar los puntos en donde estamos atorados y no avanzamos… ¿Hay actitudes y/o comportamientos de algún familiar que debo tratar antes de que sea “demasiado tarde”?

– a nivel de tu entorno hay muchas “piedras” que deben ser removidas: la mentalidad conformista, que “tolera” y convive con la corrupción, que enarbola ideas no analizadas y contrarias a nuestra fe… ¿Qué puedo hacer para sanear mis ambientes?
Queda claro que Dios nos invita a hacer un proceso de ir arreglando nuestra vida personal y familiar y a influir positivamente en nuestro entorno… ¿Acepto su invitación?
TE PROPONEMOS LOS SIGUIENTES EJERCICIOS PARA QUE TE ENCUENTRES CON DIOS DURANTE LA SEMANA:
Con la finalidad de preparar una calzada por la que el Emmanuel pueda llegar…
1. En lo personal: Escribe dos listas, una de lo que debes corregir en ti y otra de los aspectos en que te has estancado y puedes crecer para convertirte en un mejor ciudadano y cristiano…
2. En Familia: Marca un tiempo para realizar juntos actividades recreativas (juegos de mesa y/o dinámicas).
Promueve que se platique con alguien que se está apartando de la convivencia familiar.
También puedes realizar actividades (tal vez) poco comunes para tu familia, como visitar juntos un museo o recorrer un parque…
Si es necesario, pide y ofrece el perdón a quien sea necesario en tu casa…
Simplemente hazles saber a todos que los amas…

3. En tu entorno: Realiza una acción a favor de tu colonia y/o parroquia, esta debe ser realizada en comunidad (junto con otros), no aisladamente.
4. Al parecer, la forma que tiene Dios de “consolarnos” es motivarnos para arreglar nuestra vida… Pidámosle, pues, en profunda oración, que nos ayude a preparar su llegada…