Jorge Rocha
En la pasada edición del Semanario Arquidiocesano de Guadalajara, escribí sobre los aciertos de Enrique Alfaro luego de tres años de estar al frente del Poder Ejecutivo del Estado de Jalisco. Ahora expondré los puntos y las agendas donde las cosas no se han hecho bien, o donde hay pendientes importantes que deberán ser subsanados en el resto de este sexenio. Desde mi particular punto de vista, los pendientes del gobernador son los siguientes:
- Homicidios. Aunque en el momento reciente hay una pequeña baja, este sigue siendo un grave problema en la entidad, ya que el número de personas asesinadas sigue siendo muy alto y las causas de este flagelo para Jalisco tampoco se han atacado de forma suficiente. La violencia en Jalisco continúa y hay territorios del Estado donde la presencia de la delincuencia organizada es muy fuerte.
- Desapariciones. Nuestro Estado se sigue colocando como una de las entidades donde este problema es grave. En el último periodo también bajó el número de personas en esa condición, incluso hay una respuesta institucional más articulada y con mayores recursos, sin embargo, siguen desapareciendo personas en Jalisco y las causas de este problema tampoco se han abordado para acabar con esta tragedia que aqueja a miles de familias en el Estado.
- Incremento de la pobreza. Como ya la había escrito en otro momento, el Consejo Nacional para la Evaluación de la Política de Desarrollo Social en México (Coneval) dio a conocer que la pobreza en la entidad se incrementó entre los años 2018 y 2020, con un porcentaje por arriba del aumento nacional. Sólo para recordar, la pobreza creció del 27.8 al 31.4% de personas en esta condición, que representa un aumento del 3.6%, que está arriba del 2% a nivel nacional. Esto significa que, en 2018, había 2 millones, 285 mil jaliscienses en pobreza; para el año 2020 son 2 millones 633 mil personas en esta condición. Es imprescindible para el gobierno de Enrique Alfaro, que se generen políticas de redistribución de la riqueza que mejoren esta situación.
- Debilitamiento del SEA. El Sistema Estatal Anticorrupción ha sufrido de críticas, embates e intentos de modificaciones de sus atribuciones que buscan disminuir su capacidad de acción e incidencia. El Gobierno del Estado tendría que apuntalar y reforzar este sistema, ya que es una apuesta ciudadana para lograr que se erradiquen las prácticas de corrupción en Jalisco. Una buena contribución de esta administración será dejar un andamiaje institucional muy sólido en esta materia.
- Trato con las voces críticas. Enrique Alfaro no se ha distinguido como un gobernante que sea abierto a la crítica de su gestión. Incluso ha tenido algunas expresiones que no contribuyen con generar un clima de debate y discusión social frente a algunos temas. Aunque en algunos momentos es necesario aclarar información que es falsa, en bien de la ciudadanía, uno de los aspectos a mejorar en lo que resta de este sexenio es el diálogo abierto y franco con las voces y las expresiones críticas hacia su forma de proceder. Construir un clima de debate permanente ayuda a fortalecer nuestra democracia.
- Polarización innecesaria con el Gobierno Federal. Sigo creyendo que el gobernador y el presidente han protagonizado una polarización innecesaria, que a la larga sólo ha provocado dividir a la sociedad en asuntos donde la colaboración es una herramienta fundamental para resolver problemas. Sin dejar de señalar que en una democracia sólida los desacuerdos entre niveles de gobierno son parte de la vida pública, el contraste continuo no ayuda a generar un clima de diálogo y más bien propicia un escenario de rivalidad político electoral permanente, que sólo alimenta la animadversión entre los actores políticos y un hastío en la ciudadanía.
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Tiempo de rectificar
Como señalé la edición pasada, el gobierno de Enrique Alfaro ha sido de claro oscuros, donde es necesario potenciar los avances, pero también urge rectificar donde hay errores o donde las estrategias han sido erróneas. Por supuesto que en los siguientes tres años se acentuará y se hará visible el proyecto político de Enrique Alfaro de cara al año 2024, donde es probable que busque estar en la boleta para la elección presidencial y que su influencia política en la entidad se mantenga. Al tiempo.