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Ni en Israel he hallado una fe tan grande.
En San Mateo se nos dice que el centurión
romano vino a entrevistarse personalmente con Jesús
para pedir la salud de su criado. En San
Lucas, en cambio, él se vale de unos intermediarios que,
además de recomendarlo como excepcional benefactor
–no obstante ser extranjero– solicitan de buen grado
la intervención del Señor a su favor. La intención del
relato es la de resaltar una fe que Jesús dice no haber
encontrado en Israel. Para este hombre Jesús debe ser
un profeta, cuya palabra puede ser tan eficaz como la de
Dios mismo, incluso a distancia.
Cfr. Mt 8, 5-13