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Si perseveran con paciencia, salvarán sus almas.
Venimos a vivir el penúltimo domingo del año
litúrgico y la palabra de Dios nos habla hoy «del día del Señor»,
es decir, del final de los tiempos… Esta palabra nos recuerda
también la necesidad de empeñarnos diligentemente en un
trabajo responsable, sabiendo que nuestras obras y toda
nuestra historia habrá de ser sometida un día al juicio
divino. ¡Pidamos la gracia de ser fieles a nuestros santos
propósitos!