El Espíritu Santo les enseñará en aquel momento lo que convenga decir.
“El evangelio continúa profundizando el tema tan conocido de la fidelidad del creyente en medio de las pruebas. El juicio de Dios se va realizando conforme a la lealtad o deslealtad a Cristo en nuestra vida diaria, por medio de su Espíritu, que es la presencia viva y perenne de Jesús entre nosotros.
De la postura que el discípulo tome o deje de tomar ante los demás respecto a la fe en su Señor dependerá su destino definitivo.
Una fe que no actúa por medio de la caridad no es auténtica y, por tanto, no es capaz de salvarnos.”
"En la Iglesia tenemos urgente necesidad de una comunicación que inflame los corazones, sea bálsamo en las heridas e ilumine el camino de nuestros hermanos y hermanas"