Los acompañaban algunas mujeres, que los ayudaban con sus propios bienes.
El texto es
exclusivo de San Lucas, cuyo Evangelio presta especial
atención a la mujer –como lo hace, por lo demás, con
todos los «marginados»– en abierto contraste con la
cultura de su entorno. Al actuar de esta manera Jesús
restituye a la mujer el lugar que le corresponde en
el plan de Dios y la asocia a su obra evangelizadora,
junto al ser y quehacer de los «Doce». Comenzando por
María su Madre, esta exquisita presencia femenina será
decisiva a lo largo de los evangelios, comenzando por
el sorprendente primer anuncio de la Resurrección del
Señor.