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¡Si ustedes tuvieran fe..!
Toda asamblea litúrgica es un espacio y un
momento privilegiado de diálogo confiado y amoroso con
el Señor. Hoy estamos llamados a vivir nuestra condición
de testigos del Resucitado y a reavivar –con la ayuda de su
Santo Espíritu– el don de la gracia, que Él nos ha dado como
un auténtico «tesoro»… ¡Abramos el corazón a su palabra y
gocémonos con el don de su presencia, al participar de nuevo
en este sagrado Banquete