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Habrá alegría en el cielo por un solo pecador que se arrepiente.
Hijo ilegítimo de un caballero español, “Martinico” era mulato,
lo cual le valió muchas discriminaciones. En el convento de los
dominicos de Lima solamente fue admitido como hermano lego, sin
posibilidad de recibir el sacerdocio. Le dieron el cargo de enfermero,
pero fue también excelente catequista, que se inspiraba en su vida de
oración, especialmente oración nocturna (1579-1639)