Herodes mandó degollar a Juan. Los discípulos de Juan fueron a avisarle a Jesús.

Estamos ante el trágico final del Bautista, que presagia lo que luego será el destino mismo de Jesús. San Mateo abrevia mucho el relato de San Marcos (6, 14-29), dejándolo prácticamente reducido a lo esencial. Toda la figura del precursor es vista en orden a la persona de Cristo, desde su nacimiento hasta su muerte violenta. Juan – testigo insobornable de la verdad– fue, al mismo tiempo anunciador del Reino y de la sincera conversión. Él vino como testigo de la luz y morirá con la serena libertad interior que da la fidelidad a la misión cumplida.