Marta lo recibió en su casa. – María escogió la mejor parte.
“Para la comunidad cristiana y para el creyente de todos los tiempos, Marta y María representan dos actitudes complementarias. No se trata, pues, de ponernos ante una alternativa: Marta o María, trabajo u oración, acción o contemplación. Marta y María significan, en realidad, dos dimensiones de un mismo quehacer.
Son las dos caras de una misma moneda. Es la fórmula que San Benito (s. VI) propuso a sus monjes: Ora et labora, oración y trabajo. La enseñanza es clara y permanente: todos estamos llamados a ser siempre y en todo contemplativos en la acción.”