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Estaban acechando a Jesús para ver si curaba en sábado.
Si ayer
eran los discípulos de Jesús quienes, según los fariseos,
violaban el descanso sabático, hoy es el mismo Maestro
quien lo hace al curar en la sinagoga a un hombre que
padecía atrofia muscular en el brazo derecho. Antes de
curarlo, Él les lanza una pregunta que no se atreven a
responder. Ellos «se quedaron callados», dice San Marcos
en el lugar paralelo. Por un mal entendido honor a Dios,
los escribas y fariseos se oponen a las curaciones de
Jesús en sábado, a pesar de que si autorizaban salvar la
vida de un animal accidentado
Cfr. Mt 12, 11