Karime Ramos Godoy
Hoy, todos conocemos la crisis o los problemas que enfrenta la humanidad: cambio climático, pobreza, países altamente contaminados por los altamente capitalizados, la devaluación de la vida humana sobre todo la del no nacidos y de los enfermos o viejos.
Parecieran problemas que no podemos solucionar o en los que nuestras acciones no aportarían, es más, quizá, para muchos, son problemas que parecen tan lejanos que ni siquiera piensan que un día pudieran “alcanzarlos”.
Este mundo requiere urgentemente de una formación en valores y virtudes y que las “vivamos”. La respuesta sí está en nosotros pero, esta implica que tenemos que tomar cartas en el asunto y responsabilizarnos, ¿de quién?, primero de mí y mis acciones y decisiones para poder también responsabilizarnos del prójimo y de la Casa Común. ¿Por qué? Porque no venimos a este mundo a vivir aislados ni somos autosuficientes. Podemos aprender a hacer muchas cosas “solos” pero para todas nuestras actividades necesitamos o dependemos del otro; de que otro trabaje para que tengamos los alimentos en los supermercados, de que otro nos cuide si nos enfermamos, de otro que nos ayude a realizar nuestro trabajo profesional, etc.
El hombre viene diseñado para convivir, crecer y desarrollarse en sociedad. La familia es la primera unidad en donde aprenderemos a ser responsables o a crecer egoístas y pensando que mientras “yo” esté bien no pasa nada.
Implementemos en la práctica una serie de valores que lo único que tienen por consecuencia en su aplicación es una mejor vida para todos y el tan anhelado bienestar que requerimos.
Comencemos en familia. Ser responsables nos implicará ser congruentes en la vida; quien es congruente en su pensar y actuar lo transmite diariamente y es empático con los demás. Adicionalmente para ser congruente y responsable hay que desarrollar toda una serie de virtudes y valores que son los que nos ayudan a vivir compartiendo la Casa Común siendo buenos y cuidando de los demás, por ejemplo, la caridad (ocuparnos del otro no sólo preocuparnos por él), la fortaleza (para no caer en corrientes individualistas y meramente capitalistas), etc.
“(…) Siendo creados por el mismo Padre, todos los seres del universo estamos unidos por lazos invisibles y conformamos una especie de familia universal.” (Laudato si, 89).
editor@cccomunicaciones.com.mx