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“La esencia de la experiencia de Jalics, es su convicción de que muchas personas ‘saben’ que Dios existe pero no tienen una experiencia de Dios”.

Sergio Padilla Moreno

Habrá sido una simple coincidencia o un hecho providencial, pero justo el pasado 13 de febrero, uno de los días en que el P. Pablo d´Ors hacía la presentación de su nuevo libro Biografía de la luz, murió quien fuera uno de sus más importantes maestros espirituales: el P. Franz Jalics, SJ (1927-2020). Cuando el P. d´Ors habla de Jalics siempre comenta que quedó hondamente impresionado al leer su libro Ejercicios de contemplación, pero que la impresión fue mucho más profunda cuando le conoció personalmente en 2013:

“Nadie me ha producido nunca una impresión tan fuerte. Aquel hombre irradiaba -ese es el verbo- una gran fuerza y bondad.”

Experiencias que dejan huella

El propio Pablo d´Ors habla de tres experiencias fundantes en la vida de Jalics y que, sin duda, fueron el modo como el Espíritu condujo al jesuita húngaro a encarnar el evangelio en lo más hondo de su alma y cuerpo. La primera fue en 1945 Nuremberg, al final de la Segunda Guerra Mundial, pues durante un bombardeo a la ciudad sintió mucho miedo de morir, pero de un momento a otro sintió una profunda paz; más adelante dirá: “Lo que vi allí cambió mi vida por completo porque me di cuenta de que la vida tiene un significado más profundo que es independiente incluso de la muerte.” Meses más tarde entraría en el noviciado de la Compañía de Jesús.

La segunda experiencia se dio cuando su familia regresó a su casa en las afueras de Budapest, pero que encontraron completamente saqueada. La reacción de la mamá de Jalics fue invitar a sus hijos a que rezaran por las personas que la habían dejado así, con el fin de que no anide en su corazón el rencor. Gracias a su madre, dice Jalics, “aprendí lo que es la reconciliación.”

La tercera experiencia fundante para Jalics se dio en 1976 en Argentina, país al que había sido destinado años antes ya como sacerdote jesuita, pues fue secuestrado varios meses por los escuadrones de la muerte, tiempo de total incertidumbre, oscuridad y miedo, pero que enfrentó agarrándose al nombre de Jesús y desarrollando lo que sería la base de su experiencia meditativa y contemplativa.

Años más tarde Jalics compartió: “En el confinamiento, no fue el sufrimiento físico la mayor tribulación, sino el proceso espiritual que me llevó a poner en su lugar algunos de los eventos del pasado. El silencio de la meditación condujo luego a una profunda limpieza, cuyos frutos he estado usando en mis ejercicios espirituales desde entonces”.

Cuando no se experimenta la cercanía de Dios

La esencia de la experiencia de Jalics, en opinión de Esteban Azumendi, es su convicción de que muchas personas “saben” que Dios existe, que “Dios está acá”, que “Dios los ama”. Sin embargo, este conocimiento se encuentra alejado de la experiencia: “Dios está, pero no lo percibo”; Jalics ha ayudado a muchos a descubrirlo, por lo que el mejor epitafio a la vida de Jalics lo escribió Pablo d´Ors: “Los maestros nunca se marchan; nos dejan lo más hermoso y necesario: un camino.”

El autor es académico del ITESO, Universidad Jesuita de Guadalajara – padilla@iteso.mx

La redención de las sombras. El legado espiritual de Franz Jalics – Pablo d’Ors

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2 comments

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Sergio Padilla marzo 2, 2021 - 10:26 am

Fe de erratas: en el año de muerte de Franz Jalics puse 2020, cuando lo correcto es 2021. Una disculpa amables lectores.

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Cristina de la Puerta Gonzalez-Quevedo marzo 3, 2021 - 8:06 am

Me encantan me ayudan vuestros comentaruos, que leo desde España. GRACIAS.

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